Día del controlador aéreo

Hoy es el Día del controlador aéreo a nivel mundial, aniversario que no debe pasar desapercibido para la población, ya que es potencial pasajero y, especialmente, para el usuario frecuente del transporte aéreo. Es tan importante la actividad del controlador aéreo que entre sus múltiples responsabilidades, además de salvar vidas con sus informes, evita colisiones aéreas en aire y tierra, entre aeronaves y obstáculos; acelera las operaciones aéreas y mantiene un orden en el tránsito de aeronaves y presta ayuda en vuelos regulares, por emergencia, ante accidentes y apropiación ilícita de aeronaves.

Todavía no nos interiorizamos de la importancia del Servicio de Tránsito Aéreo, al ser instrumento valioso de la seguridad de un Estado, por su calificación según estándares internacionales, al garantizar la seguridad de las operaciones civiles y militares de transporte de vidas humanas que hay que preservar. Los controladores de tránsito aéreo son la imagen de seguridad del país y promueven su desarrollo, integran a la Patria y engrandecen su aeronáutica.

Lamentablemente, se debe citar deficiencias, al examinar los compromisos que Bolivia como Estado debe afrontar diligente e insoslayablemente: implantar el plan mundial para los sistemas ATM, que cuenta con decreto respectivo, pero no cumplido; AASANA tiene que cumplir con una certificación de Control de calidad ISO. No se cumple con el compromiso de regulación del año 2008 sobre la aprobación de tarifas aeroportuarias. No se cumplió con la implementación de AFTM, SMS, que es la gestión de seguridad operacional y la preservación del FFHH, que es la regulación de las horas de trabajo, teniendo en cuenta que el trabajo de un controlador de tránsito aéreo es extremadamente desgastante, sin exageración alguna, esto último está establecido por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional).

Tampoco se implantó el programa de seguridad operacional del Estado SSP. Por otro lado OACI estudia el problema de los accidentes gerenciales, por el cual el Estado sería directo responsable por no tomar medidas correctivas, eliminar peligro o mitigarlo, a través de la culpa in eligendo (negligencia en la elección de puestos gerenciales por su deficiente formación).

Bolivia debe preservar la categoría 1, pues de lo contrario el espacio aéreo boliviano sería declarado inseguro, significando que ninguna empresa que tenga seguro aeronáutico contra riesgos volaría sobre nuestro territorio, pues el seguro quedaría exento de pagar o resarcir cualquier accidente, con perjuicio para Bolivia, que quedaría aislada del imprescindible transporte aéreo. Esto último le ocurrió a Ecuador, que tardó 10 años en recibir la nueva certificación 1.

En otros artículos señalé taxativamente que la aviación comercial en Bolivia (los vuelos en general), por la falta de equipamiento moderno a AASANA, que es una obligación del Estado al ser signatario del Convenio de Varsovia y el de Chicago modificados, se encuentra en peligro inminente de accidentes, con presumible alto costo de vidas humanas y de cuantiosas indemnizaciones que eventualmente debería asumir el Estado boliviano.

Por lo expuesto se debería, sin demora, hacer un análisis total de la situación actual de AASANA, con la debida transparencia y profesionalidad, contando con el asesoramiento de la OACI, Para detectar los compromisos y objetivos no cumplidos, como la radarización total del país, cuya postergación nos sitúa con 10 años de atraso en tecnología, siendo el actual servicio convencional, lo que debe despertar la atención inmediata de la autoridad respectiva.

Felicitamos a los controladores y controladoras del tránsito aéreo en Bolivia, pues realizan una labor imprescindible para mantener el tráfico aéreo, de inconmensurable responsabilidad y lo hacen en condiciones técnicas deplorables, por lo que se exalta su amor a la vida humana y su preservación, en consecuencia no se les puede exigir milagros.

El autor es abogado corporativo, postgrado en Derecho Aeronáutico.