Víctor Castañón y Solaligue
Por ser La Paz sede de Gobierno, los paceños somos víctimas de permanente abuso de los sectores sociales, cuando a éstos se les ocurre hacer manifestaciones para exigir que el Gobierno atienda sus peticiones.
Casi a diario se ve en calles y avenidas marchas y manifestaciones, por diferentes motivos, recurriendo al medio más efectivo y seguro: bloquear, especialmente las avenidas Montes, Mariscal Santa Cruz y El Prado, paralizando la circulación de vehículos por las demás arterias, perjudicando a los que por “mala suerte” tienen vehículo y ni qué decir de los que andan a pie, cuyas actividades diarias son perjudicadas.
Entre los manifestantes están los mineros, que para exigir algo hacen explotar cachorros de dinamita en avenidas y calles, sin considerar el peligro que representa para los peatones; de paso se estropea y destruye la ornamentación de jardineras, como falta de respeto a la ciudad y sus habitantes.
El cerco a la ciudad ha sido la más humillante medida adoptada por los manifestantes. Nos cerraron las puertas, por donde entran los productos alimenticios y transitan los viajeros que salen a diferentes partes del departamento y del país.
Hasta cuando La Paz sufrirá por tales atropellos, ¿quién la defenderá? Sólo en su aniversario cívico salen a la palestra de los medios de comunicación las famosas organizaciones cívicas, con sendos mensajes y resoluciones a favor de la Ciudad de Nuestra Señora de La Paz, fundada el 20 de Octubre de 1548 por el español Alonso de Mendoza. Pero ninguna de ellas dice algo sobre los atropellos, los dinamitazos, los destrozos de la ornamentación ocasionados por manifestantes como los mineros.
¿Y qué pasa con la siempre ausente Brigada Parlamentaria de La Paz?, ¿acaso la Patria Chica no merece el apoyo de sus representantes en la Asamblea Legislativa? El cerco a nuestra ciudad y las marchas con dinamitazos, como demostración de falta de respeto a los habitantes, han sido muy graves y nada han dicho diputados y senadores “paceños”. ¿Ellos desconocen la sentencia que dice: “donde comienza el deber termina la amistad”?
Ojalá que los “dirigentes” se den cuenta que lo primero que deben hacer es defender a nuestra ciudad ante los constantes atropellos y abusos que soporta. Mientras tanto, Dios ampare a la ciudad y a sus indefensos habitantes.
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