La memoria recuperada

Tras un primer tiempo para el olvido, Bolívar logró recuperar su juego de la mano de Jhasmani Campos y derrotó a su rival, Aurora, por 3 a 1.

La primera mitad del encuentro era para el bostezo, el juego que planteaban ambos equipos se centralizaba demasiado. Bolívar intentaba llevar las riendas del encuentro, pero no se ordenaba correctamente en el campo, no había alguien que se encargue de generar el juego para comenzar las jugadas de ataque.

Las llegadas al arco de Aurora, defendido por Pablo Lanz, eran sobre todo por jugadas individuales, pero el momento de convertir, ninguno de los jugadores celestes tenía la suficiente claridad y las oportunidades se desperdiciaban.

Quien intentó por momentos generar juego ofensivo en las filas académicas fue Alejandro Gómez, tomaba el esférico y comenzaba las acciones desde su propia cancha, pero una vez que el balón pasaba la línea media, sus compañeros perdían la pelota o desaprovechaban la habilitación permitiendo que los visitantes se rearmen y salgan en contragolpe.

Por parte de Aurora, su planteamiento era más simple, esperar a que el rival deje espacios y aprovechar algún contragolpe para asediar la portería de Carlos Lampe. Los vallunos se mostraban más seguros en esas jugadas, aunque la puntada final era la que fallaba en sus atacantes.

A las pocas acciones de juego ofensivo que se producían en el partido, se sumaban las constantes pausas por faltas de uno y otro plantel que el juez del partido, José Jordán, cobró permanentemente.

La sorpresa llegó a los 39 minutos del encuentro, Rodrigo Vargas mandó un centro que tomó Charles Da Silva, este luchó contra los defensores contrarios que lo derribaron, en ese momento hizo su aparición Mauricio Baldivieso para anotar el 1 a 0 de la visita, resultado con el que concluyó la primera mitad de las acciones.

Al retorno de vestuarios, el técnico, Miguel Portugal, expulsado la anterior fecha, desde las tribunas instruyó a Vladimir Soria que ingrese Jhasmani Campos. Fue una variante acertada, el jugador dio otro rostro a la Academia, desde el primer minuto que pisó la cancha se puso el equipo al hombro.

El orden quedó refrendado a los 47’, cuando Rudy Cardozo manó el pase a Juan Carlos Arce, este corrió sin marca por un costado, mandó el centro y Gerardo Yecerotte de cabeza anotó el gol del empate para Bolívar.

Era otro equipo, totalmente distinto al de la primera mitad, más agresivo, ocupaba todos los espacios, de la mano de Campos generaba más llegadas a la portería contraria. Justamente este jugador mandó un pase a Juan Carlos Arce para que, de larga distancia remate y convierta el segundo de los celestes (2 a 1) a los 56’.

Aún faltaba, porque a los 74’, Damián Lizio en una jugada personal eliminó a tres rivales y remató el balón cambiando de palo a Lanz consiguió la tercera conquista de Bolívar (3 a 1). Previamente, Lizio y Yecerotte habían perdido dos oportunidades clarísimas de convertir frente al arco. Así jugó en este tiempo la Academia y se quedó con las tres unidades.

LA FIGURA

No hay discusión en quien fue el mejor jugador de la cancha, Jhasmani Campos se llevó ese título en el partido de ayer entre Bolívar y Aurora. El volante estuvo descansando el primer periodo, y su ausencia fue notoria en el equipo que no lograba engranar el juego de sus líneas.

Campos entró en el inicio del segundo tiempo y Bolívar fue otro equipo, ordenado, ofensivo y peligroso. Se puso el equipo al hombro y se encargó de generar el juego en mediocampo. Le dio inyección anímica y de velocidad a sus compañeros que comenzaron a jugar a su ritmo.

Gracias a su juego, la Academia logró atacar más al arco de Aurora, era más incisivo en las jugadas de gol y comenzó a gustar más a sus hinchas que dejaron de abuchear y comenzaron a dar aliento a su equipo que mostraba el fútbol al que los tiene acostumbrados.