El Día Histórico - 29 de octubre de 1846
Parte I
Animado del deseo de ser útil al país y convencido de que las arterias fluviales del oriente boliviano ofrecían inmensas ventajas para el crecimiento comercial e industrial, emprendió Agustín Palacios la navegación de los ríos Mamoré y Madera, protegido y fomentado por el progresista gobierno del general José Ballivián.
¿QUIÉN FUE JOSÉ AGUSTÍN PALACIOS?
Este notable geógrafo y explorador boliviano nació en La Paz el 28 de agosto de 1802, miembro de una distinguida familia, sus padres fueron Francisco Diego de Palacios, español y Rufina Pinto de Palacios, natural de Moquegua.
Dotado de espíritu de iniciativa y actividad, se dedicó al estudio de la ingeniería, adquiriendo en pocos años conocimientos geodésicos y especialmente geográficos, siendo considerado como uno de los notables geógrafos bolivianos de su tiempo.
Joven aún, prestó a su ciudad natal importantes servicios para su adelantamiento y progreso material; él levantó los planos del camino que une la Alameda, Prado, con la casa quinta de San Jorge, cuya construcción dirigió en compañía de su hermano Manuel, para que sirviera de residencia al presidente Córdova; proyectó la implantación de una avenida que prolongase la mencionada vía hasta la referida quinta, proyecto que lo realizó el Ing. Tamayo en la época del presidente Arce. Palacios hizo también el trazo del camino de La Paz a Obrajes por Potopoto, hoy Miraflores, y Kasani; y en su calidad de gobernador de la provincia de Yungas y director de caminos, propuso e inició la construcción de diversas vías de comunicación en aquella fértil región.
José Agustín Palacios fue, pues, un ciudadano útil a su Patria, laborioso, esforzado, audaz y patriota en grado eminente.
SU ACTUACIÓN EN EL BENI
El gobierno del Gral. José Ballivián, deseando aprovechar los conocimientos científicos de este gran patriota, le encomendó a fines de 1843 la administración general de rentas y el cargo de gobernador del departamento del Beni, así como también varias comisiones y exploraciones científicas que le permitieron ejercitar su acción benéfica e impulsora en pro de la investigación que debía resolver el problema de la navegabilidad de los ríos Beni, Mamoré y Madera.
Se encaminó a dicho departamento por la provincia de Caupolicán, y después de mil sufrimientos y penalidades llegó a Reyes, se embarcó en el río Yacuma, y subiendo por la corriente del Mamoré, arribó a Trinidad, capital del departamento, a fines de 1844.
En otra ocasión hemos narrado los viajes que Palacios realizó en esta primera expedición, y hemos detallado los esfuerzos que empleó para establecer una comunicación directa entre las provincias del norte del departamento y el sistema de navegación fluvial que proyectó para el desarrollo del comercio y las industrias en esa región del territorio nacional.
Hoy nos corresponde referir su legendaria expedición que efectuó a los ríos Mamoré y Madera.
LA AUDAZ RESOLUCIÓN DE PALACIOS
Realizados con éxito todos sus viajes, el insigne explorador boliviano pensó en satisfacer una de sus mayores aspiraciones, que era surcar los ríos Mamoré y Madera, empresa que la creía de gran trascendencia para abrir las puertas de Bolivia al comercio de mundo por el Atlántico.
Manifestada su idea al presidente Ballivián, éste la acogió con el mayor entusiasmo y le dio todos los medios necesarios para realizarla.
Palacios se constituyó en el pueblo de Exaltación, situado a un cuarto de legua del puerto de San Martín sobre el río Mamoré, y allí hizo sus preparativos para la arriesgada y audaz expedición que había decidido llevar a cabo. Ni las corrientes rápidas de estos ríos ni el desastroso fin que tuvo la expedición de don Tadeo Gorriti, quien al dirigirse del Brasil a las cachuelas del Madera fue victimado con sus tripulantes por los bárbaros de Theotonio, ni las inseguras y débiles canoas de las que tenía que servirse, le arredraron de su temeraria empresa.
Con grandes esfuerzos pudo reunir los elementos para la expedición. Formó parte de ella su hijo Gregorio, que tenía el mando de 40 fusileros; lo acompañó también el vicario Eustaquio Durán, que tenía la misión de convertir a los bárbaros, inspirándoles las creencias de la religión católica.
Ocupó Palacios una canoa con 15 canichanas de San Pedro, teniendo por convoy otra con igual número de trinitarios y un pequeño bote descubridor con seis cayubabas. Llevó también una garitea con 20 tripulantes y una canoa con 15 cayubabas de Exaltación.
EL DIARIO, 7 de octubre de 1927.
gonzalocrespo30@gmail.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |