Jorge Jerez, gran defensor de paso fugaz en el Tigre
Así, como los clubes bolivianos contrataron formidables zagueros centrales para reforzar sus primeros planteles, hubo algunos que no dieron la talla y otros que, aun siendo poseedores de excelentes condiciones futbolísticas, no se adaptaron al medio boliviano y optaron por una pronta partida.
Uno de los casos más decepcionantes, para los involucrados en la transferencia al club The Strongest, fue el del zaguero central argentino Jorge Adrián Jerez. Llegó a filas atigradas en 1996, cuando Mauricio González ejercía el mando del club y trajo a un grupo de jugadores del norte argentino, concretamente de Tucumán: Adrián Marcelo Romero, Floreal Federico García, Pablo Hernán Jemio y Jorge Adrián Jerez.
El zaguero central, a quien se conoce como el “Patón”, permaneció pocos meses, poco más de un semestre, en filas gualdinegras.
Él mismo explica su paso por La Paz: “De Atlético Tucumán pasé al The Strongest, de Bolivia, donde estuve por un período de ocho meses en el que llegué inclusive a jugar Copa Libertadores. Ellos me habían comprado el pase pero nunca terminaron de pagar, y como yo no estaba muy a gusto, hablé y pedí volver y en marzo del 97 regreso a Atlético. Después, en el 98, me venden de vuelta, esta vez a México, donde estuve casi seis años. Cuatro en el Celaya, y uno y medio en Morelia. De ahí me tocó emigrar a Alianza Lima, de Perú. Jugué otra vez la Libertadores y en 2004, vuelvo a Argentina, para jugar en Belgrano. En marzo de ese año, jugando para el ‘Pirata’ me rompí la rodilla y directamente no juego por el resto de ese año. Volví a las canchas en 2005, jugando para el Padua, de la tercera de Italia. El primer semestre de ese año lo hice ahí, y para la segunda parte arreglé de nuevo con Atlético Tucumán”.
Una precisión. Con los atigrados, Jerez no jugó la Copa Libertadores, pues en la temporada 1995, que los habría clasificado a ese certamen no llegaron ni a la final y cuando jugaban por el pase a la Copa Conmebol, fueron eliminados por Real Santa Cruz en un desempate disputado en Cochabamba.
Sin embargo, apunta algo que es cierto: los aurinegros no terminaron de pagar su pase, aunque sí lo hicieron en el caso de Romero y García. Jemio, que aparecía como la gran promesa y candidato a ser convocado a la selección, no se quedó. Se fue y años más tarde, se incorporó a Independiente Petrolero, de Sucre, en el que no tuvo mayor trascendencia.
Bajo el mando del técnico Víctor Barrientos, Jerez y Romero formaron una sólida defensa, junto con el tercer zaguero central, Óscar Sánchez, pero el equipo no rindió como se podía esperar. Y el fracaso fue el signo que condujo a los stronguistas durante aquel año. “Se le escapó la tortuga”, aseguraría poco después un jugador de ese mismo plantel en referencia a González.
Jerez se fue en silencio y a los pocos meses apareció como la estrella del Celaya mexicano y más tarde, como una de las grandes figuras del Alianza Lima peruano. Después sufrió una delicada lesión: rotura del ligamento interno cruzado en una de sus rodillas y su recuperación demandó bastante tiempo, antes de volver a jugar.
Jerez abandonó la práctica activa del fútbol en marzo de 2006 en el club de su vida, Atlético Tucumán, al mando de cuyas divisiones menores trabaja actualmente.
Alguna vez fue tentado para volver al Tigre, pero explicó que su recuperación demandaría algún tiempo más, por lo que optó por quedarse en su Tucumán natal.
Su presencia en filas de The Strongest, para sus hinchas, fue como pasarles la miel por los labios y se despidió en puntas de pie. Cosa rara que lo haga un “Patón”…
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