Juan Carlos Zuleta Calderón
Las recientes declaraciones del Gerente Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) en Radio Panamericana sobre la situación del proyecto piloto me han dejado realmente pasmado.
Ahora resulta que los trabajadores no pueden organizar su sindicato porque tienen contratos a plazo fijo en razón a que realizan trabajos preparatorios. La pregunta es: ¿a qué trabajos preparatorios se refiere el GNRE si en una parte de su declaración sostiene que la planta de cloruro de potasio arrancó en agosto con la presencia del Presidente y en otra, dice que la planta de carbonato de litio se encuentra en pleno montaje?
Si, en efecto, la primera planta arrancó, entonces ya debería haber generado actividades recurrentes que requieren el concurso de trabajadores permanentes. Asimismo, si la segunda planta está en proceso de montaje, posiblemente lo que se requiere no es trabajadores sino personal técnico altamente calificado. En cualquier caso, todo esto nos conduce a preguntar: ¿a qué se dedican los más de 100 trabajadores “eventuales” sin derecho a organizar su sindicato en Llipi Llipi? Y lo que es más grave aún: ¿por qué hay tanto temor al sindicato?
A continuación, el GNRE primero indica que no está produciendo ni un gramo (aunque no dice de qué) y luego se queja de que ya está pagando intereses al Banco Central “por un contrato que se ha hecho”. Todo esto es por demás curioso.
En primer lugar, si nada está produciendo, entonces ¿qué pasó con la planta de cloruro de potasio? ¿Arrancó o no, o todo fue sólo un show en el que participó el propio Presidente del Estado Plurinacional?
En segundo lugar, la queja del GNRE por un contrato que él mismo suscribió está completamente fuera de lugar. Si no estaba de acuerdo con él, ¿por qué lo firmó?
En principio, parecería no tener sentido que la Gerencia de Evaporíticos se hubiera prestado recursos financieros del Banco Central (a una tasa de interés dada) para desarrollar trabajos de experimentación y pilotaje cuando ni siquiera tenía claramente definido el proceso de extracción que utilizaría.
Es más, tengo la impresión de que esta vez al GNRE se le fue la mano: prometió unas metas que no podrá cumplir y ahora está a punto de llorar sobre la leche derramada. Pero no fue el único desacertado; el Banco Central no tomó las previsiones necesarias antes de aprobar el préstamo porque el proyecto piloto de Llipi Llipi no era sujeto de crédito. ¿Por qué? Pues porque el GNRE no tenía en el horizonte ninguna fuente de ingresos segura. Todo estaba basado en simples suposiciones. La hora de rendir cuentas llegó y resulta que ahora lo único que queda es que el Estado le condone la deuda.
Como esta situación era previsible, en un reciente artículo ya me pregunté si los préstamos realizados por el Banco Central a YPFB, COMIBOL y otras entidades públicas no tendrán un impacto en la cuantía de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Para mal de los pesares del pueblo de Bolivia, parece que en esto tampoco me equivoqué.
El autor es analista de la economía del litio.
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