Contrabando y narcotráfico

El Gobierno al parecer pretende sentar precedente sobre el contrabando y el narcotráfico, pues la batida a los contrabandistas asentados en Challapata muestra su decisión aunque con tibieza. El comercio de vehículos “chutos” y robados se lo hace abiertamente y más de 500 vehículos están escondidos en aquella región orureña. En Punata, Cochabamba, funciona una especie de feria donde se vende vehículos robados que luego son llevados a provincias. El Presidente dijo que no habrá legalizaciones de motorizados ni perdonazos, ojalá sea así.

Recordamos que la presidenta de la Aduana Nacional en julio expresó que una intervención en Challapata, donde se comercializa vehículos indocumentados, arrojaría un “elevado costo social”. Parece que el Presidente ya está en campaña para las elecciones del 2014 y eso obliga al Gobierno a ser condescendiente ante irregularidades. ¿El voto o el prestigio del país?, se pregunta la gente.

El contrabando no debe tener padrinos ni protección de autoridades. Los autos chutos continúan ingresando por nuestras fronteras con Perú, Chile, Brasil y Argentina. Bolivia está obligada a devolver 1.400 vehículos robados en cinco países y 4.000 en Brasil. En Chile detuvieron a 43 bolivianos por contrabandear autos chutos que trataban de hacer ingresar a Bolivia, que se ha convertido en depósito de motorizados hurtados, sin placas ni papeles. El Gobierno debe militarizar las fronteras para frenar el contrabando, pues hacer de panificadores o pagadores de bonos no es incumbencia de los militares, sino cuidar las desguarnecidas fronteras.

El contrabando eliminó las fábricas de América Textiles S.A. (Ametex) que sufrieron colapso por la falta de mercados internacionales. La competencia desleal de textiles procedentes de China comunista y el contrabando de ropa usada ocasionaron que Ametex pase al Estado a través de la Empresa Pública Nacional Textil (Anatex), que comenzó con $us. 9,9 millones.

También otras pequeñas empresas sucumbieron. La industria textil boliviana no tiene acceso a mercados internacionales importantes. Venezuela no es plaza tan atractiva, dicen los exportadores. El ATPDEA (Ley de Promoción de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Droga), tratado firmado el 4 de diciembre de 1991 por EEUU y otros países latinoamericanos, no está vigente para Bolivia, ya que no cumplió compromisos de lucha contra el narcotráfico y la erradicación de sembradíos ilegales de coca.

Bolivia el año 2006 tenía 12.000 hectáreas de coca y el 2011 aumentaron a 30.900. Está considerada como el tercer país productor de cocaína, después de Perú y Colombia. El Presidente en el mes pasado ofreció tierras fiscales a los cocaleros en otros departamentos y ha solicitado en muchas ocasiones que cumplan con el cato de coca, empero ellos se empeñan en más sembradíos y negociados ilícitos. La Ley 1008 identifica la coca legal y la excedentaria.

El Gobierno no desconoce el peligro del crecimiento de cultivos de coca en el Chapare, parque Amboró, los Yungas y otras zonas. De 30.900 has de coca, sólo 12.000 son reconocidas legalmente para usos tradicionales del acullicu, infusión y rituales religiosos andinos y el saldo se destina a la fabricación de cocaína. La coca del Chapare no sirve para el pijcheo o acullicu, sirve para el narcotráfico. En esta región mastican la hoja de los Yungas.

Representantes de organismos internacionales reconocen el esfuerzo que hace Bolivia en la erradicación de cocales. EEUU dice que se ha reducido la coca, no la cocaína.

En el norte cruceño, las zonas de Nuevo Horizontes, Yapacaní, San Germán y la Esperanza son consideradas como nidos de narcotraficantes, donde numerosas fábricas de droga son descubiertas con frecuencia. Se dice que la Policía no tiene pisada en el Chapare ni en el parque Choré. Los cocaleros han invadido los parques Carrasco, Madidi, Amboró y Choré.

Perú decomisó 836 kilos de cocaína de una avioneta boliviana. Un candidato chileno se atrevió a decir que Bolivia quiere mar, un acceso soberano para sacar droga. Por todo lo mencionado, aplastar al contrabando y el narcotráfico será necesario, por el prestigio de Bolivia humillada.