Hicieron temblar a los fotógrafos. Mostraron sus trajes terroríficos y luego pasaron una noche especial con sus familiares.
La Noche de Brujas que se vivió en la ciudad de La Paz, se ha convertido en un espacio de diversión, risas y juegos cuyo epicentro aún es la zona Sur.
La alegría y los disfraces se unieron en una jornada esperada. Algunos iban desde los más escalofriantes hasta los más divertidos y jocosos. En la fila antes de pasar por el lente de EL DIARIO cada uno presumía de tener el traje más terrorífico.
La espera previa al momento fotográfico se convirtió en un espacio de regocijo donde relucía la verdadera característica de los personajes a los que representaban, la misma culminaba con dulces y sorpresas que se llevaron en sus calabazas.
Brandon Yhayuira, padre de familia, quien acompañaba a un temible Drácula de unos tres años de edad, manifestó su satisfacción por la iniciativa y el tesoro que se llevaba en la noche en que su hijo le hizo asustar.