Industria de oleaginosas pide menos restricciones

Las exportaciones de soya y sus derivados crecieron desde los 6 millones de dólares en 1980, superando los 560 millones de dólares el 2010 y llegando a los 671 millones de dólares el 2011.

Esta investigación muestra el aporte de la cadena productiva de la soya, como impulsor de los cultivos de rotación a favor de la soberanía alimentaria del país, generando exportaciones con valor agregado y empleos para los bolivianos.

En las últimas tres décadas, el sector oleaginoso se ha convertido en el principal rubro de las exportaciones no tradicionales de Bolivia, sin embargo, debe hacer frente a trabas por determinaciones del Estado que ponen en peligro las ventas al exterior y la seguridad alimentaria, según el estudio “Desarrollo del Sector Oleaginoso 1990- 2011” del doctor en economía, Hernán Zeballos, publicado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

En éste se indica que el valor agregado de la soya en la cadena agroalimentaria del país es muy importante toda vez que se traduce en la producción de aceite y harina vegetal, usado en la alimentación avícola, lechero, porcinocultor, y que luego es transformada en carne y alimento para la humanidad.