Un caso que debería ser motivo de permanente preocupación y tratativas para solucionarlo definitivamente, es el de los manantiales del Silala, que ocupa nuevamente la atención nacional y mucho más del Gobierno de Chile. Cuando el Gobernador de Potosí anunció la intención de utilizar las aguas de los bofedales del Silala, surgió el Gobierno chileno con una especie de amenaza y prevención, porque en el norte chileno se utiliza esas aguas desde hace mucho tiempo, ya que sus habitantes supieron aprovechar la infraestructura que construyó la compañía ferrocarrilera Antofagasta Bolivia en el siglo pasado, justamente para utilizar ese líquido que proviene de manantiales.
El caso es de vieja data, especialmente porque hubo descuido y despreocupación en los gobiernos, que no supieron encarar el problema con el esmero y la responsabilidad debidos, situación que aprovechó Chile para utilizar gratuitamente esas aguas. Hace pocos años, el gobierno de la Dra. Michelle Bachelet se comprometió a pagar determinado monto por utilizar las aguas, pero ningún acuerdo se concretó al respecto.
Hoy lo extraño es que el Gobierno chileno asume un papel de víctima, como si fuera propietario de los manantiales de los que esas aguas salen a tierra en territorio boliviano. El gobierno del señor Sebastían Piñera parece que desconoce realidades sobre la propiedad y los derechos bolivianos sobre el recurso energético y cree que el anuncio de la autoridad potosina no corresponde porque “perjudicaría” a Chile.
Cabría preguntar -y es de esperar que el Gobierno actúe con el mismo criterio- ¿quién le otorga autoridad alguna a Chile para desconocer los derechos de los bolivianos sobre el Silala? ¿Qué organismo internacional podría prohibir a Bolivia tal uso que es legítimo? El caso es muy delicado y es de esperar que el régimen del presidente Morales no deje el asunto para “que el tiempo lo resuelva”, y encare lo que corresponda.
Hace pocos días, el presidente Piñera dijo que Chile “respeta los tratados internacionales y que el de 1904, que determinó la pérdida de nuestro litoral, siempre fue cumplido por Chile en todos sus puntos”. Sabe el Presidente chileno que su afirmación no es evidente porque ese Tratado de 1904 fue violado por Chile muchas veces y hay muchos puntos que están consignados en el mismo, pero que nunca se han cumplido en beneficio de Bolivia.
Como siempre, el Gobierno chileno actúa de mala fe porque lo menos que hizo es responder a lo estipulado en el Tratado y, por el contrario, lo violó siempre conforme a sus intereses. Lo lamentable ha sido la pasividad nuestra, la política del “dejar hacer y dejar pasar” por parte de los gobiernos de Bolivia.
Lo anunciado por la autoridad potosina está acorde con una necesidad y el derecho de utilizar las aguas del Silala, especialmente cuando Chile no cumple el compromiso de pagar determinada suma y hasta reconocer la deuda por la utilización desde hace muchos años. Es de suponer que el régimen del MAS sabrá encarar el problema con la prontitud y responsabilidad necesarias; de otro modo, el caso quedará para las “calendas griegas”, lo que Chile, como siempre, sabrá aprovechar muy bien.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |