Los beneficios de la utilización de semillas genéticamente modificadas ha permitido a los pequeños, medianos y grandes agricultores hacer una reducción significativa de plaguicidas, ahorro de combustibles (diesel) y la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
Los empresarios productores proponen el uso de la biotecnología para mitigar los impactos del cambio climático. Asimismo advierten que en pocos años la agricultura mundial enfrentará una escalada de condiciones extremas, como se viene viendo -sequías, inundaciones, erosión eólica de suelos, aparición de nuevas plagas que atacan a los cultivos- así como la expansión de las zonas desérticas y la falta de agua dulce en el mundo.
En medio de ese adverso panorama, los productores agrupados en la Asociación Nacional de Oleaginosas (Anapo) demandan seguridad jurídica, acceso a mercados y biotecnología, para garantizar soberanía alimentaria en Bolivia y disminución de hambre en el mundo.
En ese contexto, el documento advierte que en pocos años la agricultura mundial enfrentará una escalada de condiciones extremas por lo que la biotecnología podría ayudar al hombre a mitigar los impactos del cambio climático.
Los beneficios de la utilización de semillas genéticamente modificadas han permitido a los pequeños, medianos y grandes agricultores hacer una reducción significativa de plaguicidas, ahorro de combustibles (diesel), reducción de la emisión de Gases de Efecto Invernadero por menor labranza de arado y mejorar la conservación del suelo y la humedad, por la “siembra directa”.
Según los datos de la Anapo la superficie sembrada de soya y girasol en Bolivia ha superado holgadamente el millón de hectáreas, significando el 44% del total del área de siembra nacional y el 62% en lo que hace a Santa Cruz.
Entre 1980 y 2011, la exportación de oleaginosas generó más de 7.000 millones de dólares para Bolivia; desde 7 millones de dólares en 1980, hasta bordear los 800 millones en el 2011.
Las exportaciones de oleaginosas se comercializan en más de un 90% en Venezuela y los mercados andinos: Colombia, Perú y Ecuador, en ese orden de importancia.
El 90% de las exportaciones de oleaginosas son con valor agregado (tortas, aceites, harina lecitina), generado por proceso de transformación industrial.
La producción de soya subió desde 52.500 toneladas en 1980 hasta 2,3 millones de toneladas en el 2011, con un incremento de rendimiento desde 1,4 TM/Ha en 1980 hasta 2,13 TM/ha en el 2011.
Los cultivos oleaginosos se hacen con prácticas tecnológicas sustentables. La “siembra directa”, es utilizada en un 80% de la superficie anual, algo que permite cuidar la humedad y el humus del suelo.
La producción de soya transgénica ya cubrió un 92% del total en el 2011; pequeños, medianos y grandes productores la usan sin peligro alguno, por sus ventajas técnicas, económicas y ambientales.
El crecimiento del sector oleaginoso ha generado un aumento de producción en maíz, sorgo, arroz, girasol y trigo, ya que son los principales cultivos de rotación con el cultivo de la soya.
El sector oleaginoso genera por lo menos 70.000 empleos y beneficia a más de 300 mil personas considerando proveedores de insumos, semilleras, transportistas, exportadores, financiadores, industrias, centros de investigación, banca, etc.
La industria de la soya de Santa Cruz tiene una capacidad de molienda de 10.000 Ton/día y una capacidad de almacenamiento estática de 2,7 millones de toneladas, suficientes para cubrir la demanda actual de producción de granos de oleaginosas, por ello la exportación del excedente resulta urgente.
A nivel global hay una creciente demanda de oleaginosas, principalmente por el aumento de consumo de China e India, principales compradores. Esta situación genera una oportunidad para que el país pueda incrementar su producción/exportaciones, la que solo significa un 0,9% de la oferta mundial.
DATOS
- Para reactivar el crecimiento del sector oleaginoso se precisa políticas públicas claras que solucionen en definitiva problemas como: seguridad jurídica para la tierra productiva, acceso garantizado a los mercados externos (libertad de exportación) y acceso al uso de la biotecnología (transgénicos).
- En materia de seguridad jurídica, se debe dar solución definitiva a la regularización de los desmontes no autorizados, avasallamientos de tierras, flexibilización del periodo de verificación de la Función Económica Social (FES), actualización del Plan de Uso de Suelos, entre otros.
- Se debe eliminar las limitaciones y el control a las exportaciones de la soya y sus derivados, lo cual ha generando un perjuicio al proceso productivo y afectó la baja de los volúmenes producidos y exportados por el sector agropecuario entre el 2010 y 2011.
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