Millones de ciudadanos árabes piden libertades democráticas, cambios políticos, económicos y sociales mediante manifestaciones que son fuertemente reprimidas.
El mundo árabe está viviendo una serie de cambios, principalmente aquellos del norte de África, en ámbitos político y social impulsados por revueltas populares que fue denominada “Primavera Árabe”.
Las masas tomaron la decisión de hacer algo y se lanzaron a las calles exigiendo democracia, algo lejano debido a la serie de gobiernos que habían permanecido por décadas en el poder, además de buscar mejorías importantes en las condiciones de vida de estas sociedades. En otras palabras, la combinación de un fuerte desempleo y un estilo de vida de la mayoría de la gente, que contrastaba con los lujos de los presidentes o monarquías aferradas al poder fue el gran detonante de esta subversión jamás vista en esos lados del planeta.
Todo partió en Túnez con la inmolación a lo bonzo de Mohamed Bouazizi, un joven de 26 años que fue el símbolo de una juventud tunecina que veía la falta de posibilidades laborales así como de la tremenda desigualdad existente en el país, donde solo unos pocos obtenían riquezas considerables, mientras el resto del país vivía en la miseria.
Luego de Túnez vendría Egipto donde Mubarak, el presidente que llevaba cerca de 30 años en el poder, terminó fuera del país ante una serie de multitudinarias manifestaciones las cuales incluso se mantienen aún, aunque esta vez en protesta ante el gobierno militar que sucedió al de Mubarak y la fuerte represión que este realiza en contra de los manifestantes.
Siria es otro lugar emblemático donde la población se ha rebelado contra los actuales gobernantes. La represión ha sido fuerte en este país donde los muertos se cuentan por miles, según información de organizaciones de derechos humanos.
Libia no quedó fuera de estos movimientos si bien estuvo prácticamente en una guerra civil en la cual los opositores a Gadafi buscaron su caída, aunque en más de algún momento estuvieron en posiciones más bien de derrota, aunque la intervención de la OTAN dio un giro importante a esta rebelión. En el final Gadafi fue capturado y ejecutado por los rebeldes, los cuales esperan que de una vez por todas, la democracia permanezca en ese país africano.
Importante, si bien no el más fundamental, ha sido la irrupción de las nuevas tecnologías digitales en estos eventos. Si antes una protesta debía convocarse mediante panfletos que podían tardar días en llegar a la cantidad de población esperada o bien ser destruidos por el Gobierno respectivo, con la irrupción de las redes sociales como Facebook y Twitter se genera la instantaneidad del mensaje así como una movilización que lleva una convocatoria a una gran cantidad de personas y en muy poco tiempo. Estas han sido herramientas que permitieron una gran organización de los movimientos sociales, además de que el mundo pudiera conocer las informaciones sobre estas revueltas desde otra óptica mucho más completa que la entregada por los medios tradicionales.
La Primavera Árabe es solo una muestra de como la población, apoyada por las nuevas tecnologías, puede derribar hoy a regímenes dictatoriales o corruptos en cualquier lugar del mundo. Si bien en esto se parecen a los movimientos de los indignados, las motivaciones en otros países son completamente distintas. Por Daniel Arellano, El Kiosco Bloggero.
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