Las mujeres campesinas no denuncian el maltrato por timidez y sus costumbres


En los primeros nueve meses del año la Unidad de Atención Integral del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto recibió 7.149 denuncias de violencia familiar, de las cuales sólo 12 provienen de los cuatro distritos rurales de El Alto.

Por su parte, Susan Murillo, psicóloga de Cies Salud Sexual y Reproductiva, afirmó que este fenómeno se debe a dos factores, la timidez y sus propias costumbres.

De los 14 distritos con los que cuenta la urbe alteña cuatro se consideran parte del área rural, según información de la Unidad de Estadísticas de la institución, por este motivo, en número de las denuncias debió ser proporcional, sin embargo, no se cree que en este sector de la población no exista el maltrato sino que los casos no son denunciados por las víctimas.

“No podemos tapar el sol con un dedo, no es que no haya maltrato, hay y asumo que existe inclusive más que en las ciudades, pero muchas veces la timidez de la víctima evita que se actúe como corresponda y el círculo de la violencia se hace más fuerte”, aseveró.

Además de la timidez, la experta asegura que en muchos casos la falta de conocimiento sobre sus derechos y la protección de las autoridades impiden que la víctima denuncie los hechos por los que atraviesa.

“Todavía hay una parte de la sociedad en esta área que no está enterada que hay sitios donde se presta ayuda gratuita, como es el caso de los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM’s), entonces para ellas la única salida es soportar”, aseveró la entrevistada.

Asimismo, Murillo agregó que las costumbres culturales pueden producir, en cierta medida, que la violencia no termine en las familias.

“Para la población de este sector, el matrimonio constituye un lazo demasiado fuerte, y eso está bien, sin embargo, cuando se trata del maltrato se debe tomar medidas preventivas y en muchos casos las esposas prefieren soportar gritos, golpes y humillaciones provenientes del conyugue con la consigna de que no se puede acabar con estos lazos”, aseveró la experta.

Para finalizar, Murillo exhortó a la población a no callara cuando se trate de violencia familiar porque lamentablemente, los hechos no disminuyen y mucho menos desaparecen sino tienden a incrementarse.

“Se debe tomar en cuenta que no sólo se considera violencia cuando existe un golpe, los insultos, chantajes y humillaciones también constituyen un tipo de violencia, si nos acostumbramos a vivir de esta manera jamás podremos estar tranquilos y disfrutar de la vida, es por ello que es necesario pedir ayuda, tenemos que poner al tanto de lo que ocurre a las instancias correspondientes porque, además, ellas serán las encargadas de realizar actividades para prevenir la violencia en vez de lamentar las consecuencias”, acotó Murillo.

 
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