Washington.- La presencia de observadores internacionales ha causado polémica a pocas horas de las elecciones presidenciales en EEUU pese a que, según constató ayer Efe, la mayoría sólo quiere “aprender” del proceso democrático en este país.
Las autoridades en estados como Ohio, Texas y Iowa han objetado la presencia de observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) dentro de los centros de votación, pese a que cuentan con la venia del Departamento de Estado.
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ha afirmado que los países miembros de la OSCE -a la que pertenece EEUU- vigilan las elecciones entre sí y que Washington les da la bienvenida porque “somos un libro abierto”, y EEUU quiere demostrar al mundo que tiene un sistema electoral “excelente”.
Los observadores deben obedecer las leyes estatales y “se lo hemos recordado. Tenemos entendido que piensan cumplir plenamente con todas las leyes de EEUU”, dijo Nuland el viernes pasado.
Este año, 40 de los 50 estados de EEUU serán anfitriones de observadores de la OSCE y de otros organismos no gubernamentales y universidades que auspician a observadores extranjeros.