Los votantes estadounidenses tienen hoy en sus manos el desenlace de una de las elecciones más ajustadas de la historia de EE.UU. Ante el empate técnico entre Barack Obama y Mitt Romney, todo está en manos de la participación.
«Va a ser una elección que se decidirá por la participación. Si no movilizamos el voto, podemos perder la ventaja ganada», dijo el presidente demócrata en Wisconsin, el primero de una última jornada frenética de ayer, al igual que la de su rival republicano. «Necesito cada uno de vuestros votos», les decía ayer Mitt Romney a sus seguidores en el aeropuerto de Orlando (Florida).
El récord de voto hispano que se pronostica puede dar a Obama cuatro estados clave: Florida, Nevada, Colorado y Virginia. Según el sondeo de la consultora ImpreMedia y Latino Decisions, el 73 % de los latinos tiene intención de votar por la reelección del presidente. Cifra que superaría el 72 % de apoyo que obtuvo en 1996 Bill Clinton.