Los temores de un nuevo gasolinazo a fin de año, tal como ocurrió el día después de Navidad del 2010, fueron despejados por el presidente Evo Morales el martes cuando anunció que pese a no convenir al Estado, la medida se mantendrá, sin embargo el debate se reanudó.
“Está bien, hay que subvencionar a nuestro pueblo, pero no a los peruanos a los brasileños a los paraguayos o a otros países vecinos”, dijo y ejemplificó el caso del gas licuado de petróleo que en Bolivia cuesta Bs 22 mientras que en Perú llega a Bs 130, situación que genera contrabando y enriquecimiento de algunos grupos familiares.
La oposición no tardó en criticar al mandatario, pues su “revelación” sobre el precio del carburante en la región queda registrada como inadecuada.
El líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, mediante su cuenta de Twitter lamentó que el mandatario “recién reconozca” el problema del contrabando al Perú y confirme que la garrafa de gas es muy apetecida en el mercado de Desaguadero.