Investigadores policiales también tienen calaveras en sus oficinas

Los investigadores de la División de Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) comparten sus labores científicas con algo de superstición gracias a Juanito y Juanita, dos ñatitas que permanecen en sus dependencias, según afirmó uno de los funcionarios quién prefirió mantener en reserva su nombre.

Si bien el Director de Homicidios es partidario de una religión cristiana, por lo tanto es escéptico a las creencias paganas como el tributo a las ñatitas, respeta la creencia de otros efectivos quienes decidieron desde hace varias gestiones mantener a esta pareja de cráneos en sus instalaciones porque, de acuerdo a los investigadores, representa a una protección no ocasional.

Además, los funcionarios recuerdan que las dos ñatitas fueron dejadas por un funcionario policial, actualmente jubilado, con la finalidad de que sus camaradas se encuentren bajo la protección de estos restos, también se espera que las personas vinculadas en hechos delictivos, por impresión o por conciencia, logren declarar en detalle sus implicaciones que contravienen a las normas.

“A las personas que se resisten a declarar los encerramos con estas dos calaveritas y al poco tiempo declarán todo, en muchos de los casos salen llorando para decir su verdad”, contó el exdirector de Homicidios, Fausto Téllez, quien junto a efectivos de la Felcc, cada lunes, efectúan rezos a estos ídolos.

Estas imágenes (ñatitas) son consideradas por los funcionarios como otros policías más, pero sin horario, descanso, vacación o permiso, recibiendo como pago unos cigarros, velas, coca, alcohol y una oración de fe, tanto por efectivos policiales como por los visitantes de las dependencias quienes luego de haber recibido un favor mantienen cada lunes la tradición.

De acuerdo con el ritual, estas invocaciones deben ser a una ñatita que en vida haya tenido una muerte violenta o que haya pertenecido a la institución policial.

En el caso comprar estas calaveras, los propietarios de las mismas deben emitir sus rezos en puertas e inmediaciones de los cementerios legales y clandestinos para que las mismas les sigan protegiendo.

“Cada lunes, que es día del espíritu, nosotros les prendemos sus velas, les damos coca, les hacemos fumar sus cigarros y les damos su alcohol, compartimos unos minutos con ellos para que en nuestra ausencia o presencia nos cuiden y protejan a nuestras familias de todo mal”, afirma Laura Condori, una de las creyentes y fieles de estos ídolos.