Las actitudes nada amistosas de nuestras autoridades de gobierno con los Estados Unidos, y las continuas alusiones al “imperialismo” que practicaría ese país frente a las naciones pobres, junto a protestas que se hace en diferentes partes del mundo, además de los conflictos por la lucha especialmente contra el terrorismo, obligan a preguntar: ¿importan las relaciones que tenga nuestro país con los Estados Unidos? ¿Se justifican los acuerdos y hasta pedidos que se hace para combatir al narcotráfico, si no estamos de acuerdo con las políticas que despliegan el régimen gubernamental y el propio Congreso norteamericano?
Pese a que se ha expulsado al embajador estadounidense, a que se mantienen programas de ayuda mediante USAID y otras instituciones como varias ONGs y otros programas ocasionales que Estados Unidos está siempre dispuesto a brindar a Bolivia, seguimos por la pendiente de las acusaciones y hasta del insulto soez y nada constructivo. ¿Se hizo característica esta conducta que más daño nos hace a los bolivianos que al Gobierno o pueblo norteamericano? Hay verdades que cabría reconocer y tomarlas en cuenta para evitar posturas y posiciones al margen del respeto y las consideraciones debidas entre países y personas.
Se habla mucho del “imperialismo norteamericano” para endilgarle muchos males que sufre la humanidad y, parece, nuestro país; se lo hace porque hay tendencias al socialismo de izquierda por parte del MAS, el Gobierno y todo el entorno palaciego; sin embargo, poco o nada se dice sobre el “imperialismo soviético” que, en sus tiempos, tuvo dominio sobre varios países del mundo y, pese a haber periclitado porque el mismo partido comunista se convenció de sus fracasos y políticas negativas para su pueblo y el mundo, aún quedan vestigios que pretenden resucitar lo que se ve que está ya en los archivos de la humanidad y sin posibilidad de tener vigencia otra vez.
Con tal de “estrellarse” contra Estados Unidos, se condena y menosprecia al capitalismo; sin embargo, el Gobierno, las instituciones y toda la comunidad nacional giran sobre la base del capitalismo, es decir que Bolivia es país capitalista; de otro modo, ¿en qué mundo se desenvuelve? Sería interesante que alguien responda a preguntas tan elementales que se hace la colectividad, porque eso de lanzar frases y juicios al aire sin saber por qué, no debería corresponder ni a gobernantes ni a gobernados en Bolivia.
Habrá, pues, que medir, pensar y convencerse de las razones que nos hacen rechazar a un país que siempre fue amigo de Bolivia, que nos cooperó en diversas oportunidades y que hasta hoy mantiene programas que sabemos aprovechar porque nos benefician. De otro modo, cabe siempre la pregunta: ¿importan las relaciones con Estados Unidos? El Gobierno debería tener respuestas claras y honestas al respecto; de otra manera, tomar conciencia de que el papel que se juega no es el válido para el pueblo boliviano, que espera acciones con altura y manteniendo mucha dignidad.
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