Informe retoma idea de magnicidio organizado por el propio Gobierno

Un extenso informe elaborado por el medio virtual argentino Análisis 24.com retomó la tesis del supuesto complot para ejecutar un magnicidio en Bolivia el año 2009, cuando fue protagonista una célula irregular liderada por el boliviano húngaro Eduardo Rosza Flores. La novedad, de algún modo, es que este medio cita informes de inteligencia venezolana que revelarían que la planificación del asesinato de Evo Morales, fue obra del propio vicepresidente Alvaro García Linera.

Según la información, que fue posteada por las redes sociales durante toda la jornada de ayer, la intención de García Linera habría sido inculpar a los cívicos y políticos de la denominada “media luna” del oriente boliviano, dejando al mandatario como una víctima que dio su vida por consolidar el llamado “proceso de cambio”. Con ello, el vicepresidente, declarado marxista-leninista, podría asumir el mando de la nación y llevar al régimen socialista a un nuevo estadio comunista.

“La DI cubana (Dirección de Inteligencia dependiente del Minint cubano y encargada de la custodia y seguridad del Raúl y Fidel Castro) y el Sebin se encuentran divididos por intereses operativos. Mientras el primero se encarga al igual que en Cuba, de la custodia del Primer Mandatario boliviano, el Sebin apuesta a ambos lados y prevé desestabilización y golpe institucional a corto plazo”, cita la publicación.

Con algunos errores de transcripción e imprecisión de datos, el portal también brinda tres grabaciones que sustentan a sus fuentes, donde hablan (siempre sujeto a confirmación) el exdiputado Wilfredo Añez e Ignacio Villa Vargas alias “El Viejo” manifestando abiertamente la participación de Luis Clavijo, exmiembro del Ministerio de Gobierno, como el responsable de la intervención policial del 16 de abril de 2009, donde fallecieron Eduardo Rozsa y dos de sus hombres, para abortar a último momento la operación paramilitar de magnicidio. Estas grabaciones habrían costado más de 300 mil dólares y en ellas también se cita a Raúl García Linera, hermano del vicepresidente, como otro de los implicados.

El grupo de sicarios contratados estaba conformado por Rosza junto a Tibor Révész, Gabor Dudog, Dániel Gáspár, Ivan Pistovcák, Michael Dwyer, Tamás Nagy, Árpád Magyarosi y Elöd Tóásó.