La Cancillería de Chile pidió al Gobierno de Bolivia información sobre las obras que la Gobernación de Potosí se ha propuesto ejecutar utilizando aguas del Silala (El Mercurio, 1/11/2012).
Como respuesta a este inadecuado e inadmisible pedido, el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y el canciller David Choquehuanca rechazaron en forma enfática la solicitud chilena para que Bolivia envíe información sobre proyectos potosinos (EL DIARIO 7/11/2012), tomando en cuenta que Chile no tiene justificativo técnico y jurídico para inmiscuirse en la construcción de proyectos de desarrollo utilizando aguas que por su naturaleza son de soberanía boliviana.
Además en los bofedales del Quetena, histórica y geográficamente no se conoce que haya existido un río internacional de curso sucesivo. Y revisando la historia de Chile se sabe que durante la presidencia del Dr. Aníbal Pinto Garmendia, Tarapacá y Antofagasta pasaron a poder de Chile (1883) cuando a la región de Antofagasta no ingresaba algún curso de agua que se origine en los bofedales del Quetena.
Esta afirmación está respaldada por la escritora chilena María Piedad Allende, que en su libro “Historia del Ferrocarril en Chile” (1993) indica que en Antofagasta el problema más grave era la falta de agua potable para atender la demanda de una población creciente, atraída por los altos precios del salitre y el descubrimiento de plata y de yacimientos extraordinarios de cobre.
En 1884, el Gobierno de Chile dio permiso a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta para que prolongue la línea férrea desde Antofagasta hasta la nueva frontera con Bolivia. La empresa chilena para solucionar la falta de agua potable para los obreros y el llenado de los calderos de locomotoras a vapor, envió al Ingeniero Josiah Harding para que ingrese a territorio boliviano, donde se conocía que había agua de posible disponibilidad.
Luego el ingeniero Harding con obreros del ferrocarril hizo excavar canales de tierra para llevar aguas recolectadas en los bofedales del Quetena hasta la frontera con Chile, desde donde y mediante tuberías las aguas bolivianas ingresan a la presa chilena Inacaliri, engañando a los pobladores de Antofagasta con el argumento de que esas aguas venían del “río” Siloli.
En 1908, la empresa The Antofagasta (Chile) and Bolivia Railway Co. consiguió un permiso de la prefectura de Potosí para que la construcción de canales artificiales que le permitan llevar aguas del “río Siloli” para el llenado de los calderos de locomotoras a vapor, sin que este engaño fuera comprobado por personal de la prefectura, porque existían canales artificiales desde 1884.
Después de lo mencionado, se puede observar que Chile para apoderarse de las aguas soberanas de Bolivia existentes en los bofedales del Quetena, despliega una sagaz política diplomática tratando de mostrar un canal artificial dibujado en el Mapa de Límites de 1904, con el nombre inventado de “río Silala”, lo cual se desmiente porque Bolivia dispone de estudios y documentos que demuestran que en los bofedales del Quetena no hay un río nacional, menos internacional.
Referencia: Geopolítica de Chile, Plan Alpaca del Gral. Augusto Pinochet; “Acuerdo Inicial Silala” preparado por Chile y enviado a Bolivia en julio de 2009. Documento que no fue firmado por Bolivia, por considerarlo atentatorio a la propiedad territorial y la naturaleza de las aguas del Quetena; Silala un pretexto inventado por Chile, EL DIARIO, 6/11/2012; (El Mito del Silala, A. Bazoberry Q., 2003).
El autor es Ing. Civil – Militar, Ambientalista Certificado y ex miembro del BID.
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