Mario Ojara Agreda
El 18 de noviembre el Beni celebra el día de su creación como Departamento de la República de Bolivia y el mejor homenaje a la tierra de Pedro Ignacio Muiba, líder indígena que dio su vida por la independencia y libertad del pueblo mojeño, es asumir el compromiso de recuperar la Gobernación usurpada por un golpe de estado y dar vigencia plena a la autonomía departamental que conquistamos con el voto ciudadano.
Pero el destino del Beni es inseparable del destino de Bolivia y el Frente de Unidad tiene la misión de afirmar al Estado que creó el Libertador Bolívar, para hacer una nación profundizando la cohesión y la solidaridad nacional, con una conducción política que eleve el nivel de vida de la población rural y urbana y defienda a Bolivia en el medio externo heterogéneo y conflictivo.
Nuestro “pedazo de suelo y de humanidad”, términos con los que Friedrich Ratzel, creador de la geopolítica, define al Estado, nació con territorio amazónico, andino y platense y una población separada en compartimentos estancos por falta de integración física. Los países periféricos nos dieron trato de “Hinterland”, como un territorio interior sujeto a reparto y la lección de la historia es que necesitamos construir un Estado provisto de poder nacional, “porque los pueblos son yunque o son martillos, golpean o son golpeados” y la historia “se hace o se sufre” decía Bismark.
El Estado es un “fenómeno de fuerza” y nuestro deber es hacer una potencia económica dejando de lado el racismo y el revanchismo que generan violencia y confrontación. La autonomía departamental puede acelerar el desarrollo si existe voluntad de cooperación de la administración central a la administración departamental, con la transferencia de todas las competencias y recursos necesarios para ejecutar nuestro plan de desarrollo integral, sin tener en cuenta las diferencias ideológicas.
No más pérdidas territoriales, el Gobierno tiene la obligación de recuperar las aguas de los manantiales del Silala, ubicados en la provincia Nor Lípez del departamento de Potosí. Estos manantiales forman parte del territorio nacional. Con el aprovechamiento de estos recursos hídricos podemos trasformar el altiplano boliviano en una región agropecuaria.
DIPLOMACIA DE PRIMERA CATEGORÍA
La resolución de la OEA que obliga a Chile a devolver a Bolivia una salida soberana y útil al océano Pacífico tiene valor legal y es preciso plantear con firmeza y solvencia intelectual el conflicto marítimo en los foros mundiales, creados para dar solución pacífica a los conflictos internacionales. Por falta de un puerto propio y soberano no recibimos las grandes corrientes migratorias que con capital y tecnología construyeron estados modernos y prósperos en América Latina. Bolivia necesita paz, libertad, democracia, respeto a los derechos humanos; las dictaduras de derecha o de izquierda están fuera de la ley en el mundo de hoy, que ha impuesto la civilización sobre la barbarie.
INFANTILISMO
La ciencia política nos enseña que la República es la representación legal del Estado, pero se niega la existencia de aquélla. El Estado plurinacional que hizo Stalin, dictador comunista, duró poco tiempo y hoy existe la República Federativa de Rusia. Hay comunidades indígenas en 130 países, pero una nación en cada Estado. Las organizaciones internacionales son plurinacionales, la ONU está compuesta por 200 naciones, la OEA por 35. Es imposible hacer la unidad en un Estado con 37 naciones. Los indígenas están protegidos por la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.
El Frente de Unidad organizado a nivel nacional es el instrumento político que se necesita para impedir que un régimen que cambia todo, con borrachera de poder nos deje sin Estado, sin nación ni Patria.
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