Sólo el ruido de los vuelos internacionales que operaban con normalidad en el aeropuerto internacional de El Alto interrumpía la quietud de esa ciudad que, a diferencia de otros días, amaneció con sus calles y avenidas desiertas de ciudadanos que se quedaron en sus casas a la espera de los empadronadores y así cumplir con su deber de ser censados.
En medio de un riguroso control policial y municipal, los alteños respetaron a cabalidad el Auto de Buen Gobierno, en horas de la mañana.
Exceptuando casos muy aislados, los pobladores abrieron las puertas para recibir a los jóvenes empadronadores desde las 7:00 con el objetivo de contestar a las 49 preguntas de la boleta censal.
Las familias, entusiastas de ser parte del proceso histórico, invitaron a pasar a los encuestadores a sus casas, sin embargo, en otros casos fueron atendidos en las puertas de las viviendas.
Algunas familias optaron por sacar una silla a la puerta de su domicilio para responder la encuesta, claro con la amabilidad de ofrecerles un vaso de refresco para aplacar la sed.
En su recorrido por La Ceja, Río Seco, 16 de Julio, Ciudad Satélite, Villa Dolores, Villa Adela, Libertad, entre otros barrios, EL DIARIO evidenció que los vecinos de las diferentes zonas se abstuvieron de salir a las calles, por lo menos en la mañana.
Plazas, parques, avenidas y veredas quedaron bajo el gobierno de los perros vagabundos quienes, alterados por el inhabitual silencio, producían eco con sus ladridos.
Sin embargo, a pesar de que las tiendas y comercios estaban cerrados en su totalidad, una que otra farmacia particular decidió abrir sus puertas para suministrar de medicamentos.
Asimismo, se pudo evidenciar que los hospitales de la urbe atendieron los servicios de emergencias con algunas limitaciones.
“La atención está muy restringida tal vez limitada por factores de transporte, en general el Hospital Boliviano Holandés es un nosocomio de referencia y diariamente tenemos pacientes derivados de otros centros, sin embargo ahora no tuvimos mucho movimiento, sólo nos quedó realizar la visita de guardia regular a los 20 pacientes internos”, comentó Marco Antonio Aguilar, médico de guardia del Hospital Boliviano Holandés.
En tanto que en el Banco de Sangre ubicado en Ciudad Satélite se noto la presencia de personal de turno que cubrió las necesidades de la población.
“En la jornada, el personal de servicio de centros médicos que tienen la urgencia tuvieron que llegar en bicicleta para adquirir las unidades de sangre y plasma, es el caso del hospital Sagrado Corazón donde el encargado vino pedaleando desde Kenco, pero no tuvimos muchos casos”, comentó Paula Mamani, biotecnóloga del Banco de Sangre.
Por otra parte, la presencia de la Policía que resguardó el desarrollo normal de censo logró tener bajo control la prohibición de circulación emitida.
“Esta vez las celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) están desiertas, no tuvimos ni un solo detenido en esta jornada”, comentó el Cnl. Fernando Rocha, director de la Felcc de El Alto.
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