Proyecto ovni
Por: Pablo Santa Cruz de la Vega
LA SERPIENTE
En esta parte introductoria vamos a servirnos de los mitos ancestrales para explicar el principio, es decir, donde comenzó todo a partir de la llegada de una raza alienígena, completamente ajena al universo material. Y aclaramos, debemos comprender que los alienígenas no son locales, como la cultura nos los muestra, llegando de estrellas lejanas, otras galaxias, o dimensiones contenidas en este universo. No. Ellos proceden de otro “universo”
Bien, analicemos esto por un momento. Es importante comprender lo que queremos decir con nuestra afirmación anterior. Según los mitos bíblicos, que a su vez se inspiraron en mitos de otros libros sagrados mucho más antiguos, por ejemplo, la cosmogonía sumeria, la hindú, o la egipcia, por citar solo algunas de las tradiciones ancestrales más antiguas que la Biblia, este universo tendría un “creador”, ordenador, estructurador, regente, o como quiera llamarse a la “causa primera” que lo habría generado, o creado. Este “ser de fuego”, infinito, omnipresente, omnisciente, todopoderoso, proviene, según las tradiciones, en este caso, rabínicas, de un lugar que está más allá de todo lo creado por él. Este lugar, este otro universo, esta signado en el árbol sephirótico o cabalístico, como el Ein Soph. El mundo de los dioses, o el universo de los dioses. Para los antiguos griegos el Ein Soph era Urano “padre de los dioses”, que habría sido, según el mito, castrado por Cronos, uno de sus hijos, y con cuyo nombre los griegos denominaban al creador del universo material. Señores, es muy coincidente esta primera inducción. Los mitos sagrados son muy claros al respecto, antes que la luz, que fue creada por el creador, valga la redundancia, sólo existía la “oscuridad”, entre comillas, que sería el mundo de los dioses. El “Otro lado”; La luz creada es propia de este universo material.
La siguiente inducción es un poco más compleja de comprender. Veamos esta afirmación de las sagradas escrituras: “La serpiente era más inteligente que todos los animales que Jehová Dios había creado”. Está claro que “la serpiente” no habría sido creada por “Dios”. Lo que no está claro es ¿qué hacia una serpiente en el jardín del Edén? ¿Usted pondría una alimaña venenosa, una cobra o una tarántula en medio de sus niños? Evidentemente, el mito nos sugiere muy esotéricamente, que “la serpiente” sería una raza alienígena llegada a este mundo y ajena a la creación, es decir, un extraño en casa ajena, y no se nos puede pasar por alto que nadie, nadie entra a vivir en una casa ajena sin el consentimiento del dueño. En este sentido a través del informe, veremos que una facción de esta raza extraterrestre habría pactado con el creador del universo material. En cuanto a la serpiente, recordemos que uno de los más reconocidos estudiosos de los alienígenas, el inglés David Icke, sostiene que esta raza alienígena tiene características reptiloides, es decir, serian “serpientes”. Muchos pueblos antiguos hablan de los DiosesSerpientes. Tal vez los más famosos dioses reptiloides son los anunaki sumerios y los quetzatcoatl mesoamericanos.
Nuestra tercera inducción está referida a una disputa que se habría generado entre los jefes de esta raza alienígena, y que también está claramente reflejada en los mitos ancestrales de los pueblos antiguos. La guerra del Mahabaratha de la tradición indoaria, la guerra entre dioses y titanes de la tradición griega, el conflicto entre Osiris y Seth en la Egipcia, la guerra entre ángeles caídos y ángeles rebeldes en el judiocristianismo, etc, sugieren esta posibilidad. Lo que no queda claro es por qué se produjo la división entre los alienígenas. Pero por los mitos sagrados podemos suponer que se debió a la decisión de algunos de ellos de permanecer en el universo material y descender a los mundos inferiores para experimentar una existencia animalesca animando un cuerpo humanoide modificado genéticamente a partir de un homínido muy primitivo natural del planeta.
De ahí proviene el mito de los ángeles caídos que se enamoraron de las hembras del homínido, previamente modificadas por ellos para que sean agradables a su mirada, tomarlas por parejas y copular con ellas. El problema es que esta raza alienígena no procreaba, puesto que al ser inmortal y no requerir de procesos de reproducción, era ajena a esta condición animal. El Evangelio Cátaro habla de la obra carnal que los ángeles caídos fueron inducidos a cometer sin saber que era pecado. En el mundo creado, caracterizado por la bestialidad, y la existencia mortal, la cópula tiene un costo, la descendencia. Según la misma Biblia, génesis 6, este cruzamiento habría generado una raza de gigantes y/o héroes. Este encadenamiento, la caída de muchos miembros de esta raza alienígena a los mundos inferiores, provocó la ruptura con aquellos que no habían pactado con el Creador, y se propusieron liberar a los caídos, iniciándose la guerra. Lo importante destacar aquí es que cada bando tiene sus seguidores en la Tierra, que también están en conflicto y en permanente estado de guerra hasta la actualidad, como demostramos en el Informe Ovnis.
Nuestra cuarta inducción introductoria está referida a un aspecto de forma muy importante, que vamos a aclarar ahora. Esta raza alienígena no requeriría de ningún tipo de nave o artefacto para trasladarse interdimensionalmente entre universos. Pero la decisión de descender a los planos inferiores más densos, es decir, manifestarse en el mundo animal, los habría obligado a revestirse de cuerpos y es en esta instancia que habrían construido naves espaciales para trasladarse interdimensionalmente con esos cuerpos en estas regiones infernales o mundos inferiores. Aquí tenemos el origen de los “vimanas”, naves voladoras, y “ovnis”.
Una quinta inducción está referida a la creación del hombre. El Adán bíblico no sería un ser humano, sino, una criatura telúrica o terrestre originaria del planeta, creada y perfeccionada por ensayo y error a través de eones y múltiples extinciones por una inteligencia extraterrestre a la que llamamos “dios”. El arribo de otros alienígenas (la serpiente) se produjo al borde de una nueva extinción ya que “Adán” no producía cultura, es decir, era pobre de voluntad propia. Era un animal gregario con una insípida esfera de consciencia. Estos visitantes se percataron que el error de la criatura radicaba en la falta de individualidad, y esta era el resultado de un creador común. Es decir, todos los “adanes” y sus “individualidades” eran sostenidos por una sola voluntad que emanaba de su creador. La solución traída por los alienígenas fue el encadenamiento de espíritus ajenos a la creación y al creador a las ánimas o almas de los “adanes”. Para ello se habrían valido de una mutación genética, en la que ellos mismos se involucraron con los cuerpos que utilizaron para revestirse; y este sería el origen del ser humano como lo conocemos hoy en día. Un ser mitad terrestre y mitad extraterrestre, o dicho de otra manera, alma de animal y espíritu de dioses.
Por último, una sexta inducción, esta vez referida a las moradas celestes de estos alienígenas. Las esferas superiores e inferiores del mundo creado, estarían conectadas a través de puertas dimensionales. La morada de los dioses que pactaron con el creador se llama Chang Shamballa, y la morada de los rebeldes la llamamos Agartha o Walhalla. Continuará...
LUEGO DE LA ATLÁNTIDA
La historia perdida de Tarsis
La era dorada de la humanidad fue la de la Atlántida, creemos porque los hombres hablaban con los dioses, y de ellos aprendieron cosas maravillosas. Lo más probable es que la humanidad se escalonaba, o diferenciaba, de acuerdo a un patrón de proximidad con los dioses, o extraterrestres; es decir, mientras más proximidad con ellos, más civilizados, más sabios, más “divinos”. Tras la terrible guerra, y la catástrofe del diluvio muchos pueblos alejados de la Atlántida geográfica sobrevivieron. Dieron acogida a los resabios de los combatientes atlantes que llegaron a sus costas, a los cuales consideraban Hijos de los Dioses por su enorme estatura y sabiduría. De entre todos, ellos eligieron a algunos con los que mezclaron su sangre, tuvieron hijos, y a estos dieron instrucciones y conocimientos para que fueran reyes de sus pueblos. Luego partieron a sus regiones “celestes”. Una de sus instrucciones fue la de exterminar al homínido natural de la Tierra. Uno de estos pueblos alejados del centro y el paraíso atlante, fue el pueblo de los iberos, que luego fue Tartessos, la rica Tarsis que menciona la Biblia.
El legado de los extraterrestres liberadores depositado en la sangre de los Señores de Tarsis, pasó por generaciones de nobles en la península ibérica. Tal legado, en algún momento de la historia tuvo que guardarse en secreto, dentro de una sociedad secreta que perduró en el tiempo llegando hasta el siglo XX. “Proyecto Ovnis”, hilvana esta historia, demostrando que muy poco o casi nada de esta información ha salido a luz pública, evidenciando la existencia de una censura, cuyos filtros impiden toda divulgación en aras de la verdad histórica, el derecho que todo hombre y mujer tiene de vislumbrar, otras posibilidades, otras realidades y elegir libremente cuál de ellas se ajusta mejor a su búsqueda de plenitud. Fin de la primera parte.
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