El Cairo.- El espíritu revolucionario se adueñó ayer de la plaza cairota de Tahrir para exigir que el presidente egipcio, Mohamed Mursi, dé marcha atrás en sus últimas decisiones y reivindicar que los islamistas no dominen todos los resortes del poder.
Decenas de miles de personas corearon con una sola voz que “la revolución continúa” y que “el pueblo quiere la caída del régimen”, en un nuevo paso en sus demandas contra lo que consideran la “dictadura” de Mursi y de los Hermanos Musulmanes, el grupo al que perteneció el mandatario hasta que asumió la Presidencia.
Los presentes en Tahrir criticaron no sólo la citada declaración constitucional, que ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia, sino el dominio de las fuerzas islamistas en la asamblea que redacta la nueva Carta Magna.
El manifestante Gamal Aburinad explicó a Efe junto a una de las tiendas levantadas en la plaza que es necesario cambiar la Asamblea Constituyente, de la que se han retirado las fuerzas liberales.