Las tradicionales pizarras, los marcadores de pizarra, los lápices, bolígrafos, hojas de papel y otros útiles de escritorio están quedando obsoletos, al ser sustituidos por pupitres de superficie táctil, una gran pantalla y los dedos de los alumnos.
Es la tecnología que ha ido irrumpiendo en las aulas de centros educativos de todo el mundo, ya sea con la incorporación de laptops o, en casos más extremos, con profesores robots en países como Corea.
La última novedad en este sentido es lo que un equipo de investigadores británicos ha bautizado como las aulas Star Trek (Viaje a las estrellas).
Estas aulas futuristas, cuentan con pupitres de superficie táctil y su uso incrementa, entre otras cosas, la fluidez y la flexibilidad de los alumnos a la hora de resolver problemas aritméticos.
COLEGIOS DEL FUTURO
El equipo de investigadores de la Universidad de Durham, en Reino Unido, analizó la efectividad de estas aulas con pantallas táctiles en un proyecto conocido como SynergyNet, que plantea un sistema colaborativo de enseñanza gracias a diversas tecnologías incorporadas en el mobiliario de la clase.
Para valorar su efectividad, el equipo puso a prueba estos sistemas durante tres años en un estudio que involucró a cerca de 400 alumnos con edades comprendidas entre los 8 y los 10 años
Para optimizar las posibilidades de esta tecnología, el equipo desarrolló un programa informático capaz de reconocer a distintos usuarios, usando un sistema de visión con luz infrarroja.
Esto permite que más de un alumno pueda usar un mismo escritorio.
"Descubrimos que nuestras mesas animaron a los estudiantes a colaborar de forma más efectiva. Nos quedamos encantados de observar a grupos de estudiantes ayudando a que otros entendieran los conceptos matemáticos", explicó la profesora Liz Burd, de la Escuela educativa de la Universidad de Durham.
"Esta colaboración no sucede cuando los estudiantes estudian a base de papel", destacó.
Según aclaró Burd, compartiendo y resolviendo problemas en grupo, los alumnos aprenden no sólo a hallar la respuesta a un determinado problema aritmético, sino que aprenden de sus compañeros nuevas formas de resolverlo.
"MUCHO POTENCIAL"
"El aprendizaje cooperativo funciona muy bien en las nuevas aulas, porque los alumnos interaccionan y aprenden de forma distinta", afirma Emma Mercier, una de las investigadoras. "Los niños disfrutan con las matemáticas y quedan decepcionados cuando apagamos los escritorios".
Por supuesto el uso de estos sistemas no anula ni disminuye el papel que juega el profesor en la clase, al contrario, éste se convierte en clave a la hora de asignar distintas tareas.
El profesor debe decidir a qué mesas o grupos encargar determinados ejercicios y éste recibe actualizaciones a tiempo real de lo que están haciendo, para así poder intervenir rápidamente en su ayuda.
Uno de los profesores, Steve Higgins, destacó que este tipo de tecnología "tiene un enorme potencial y puede ayudar a los profesores a manejar y orquestar el aprendizaje de individuos y grupos para asegurarse de que todos reciban apoyo de forma efectiva".
Las aulas Star Trek se pusieron a prueba en 12 escuelas en el noroeste de Reino Unido y en la investigación participaron miembros del departamento de psicología y el departamento de computación de la Universidad de Durham.
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