El cierre de la Carrera de artes musicales en la UMSA

II

En el primer semestre de la gestión académica de 2012 han concluido los estudiantes universitarios toda la malla curricular propuesta, convirtiéndose en la Primera Generación de Egresados de la Carrera de Artes Musicales en la modalidad de Programa Académico de la UMSA, faltando sólo que éstos se presenten a la respectiva modalidad de titulación, para obtener el título de licenciados.

El licenciado en música deberá afrontar demasiados retos, sobre todo en cuanto a la cualidad compositiva, interpretativa y dirección (menciones que otorga la UMSA, conjuntamente la de Pedagogía Musical, que deberá formular proyectos educativos), para de esta manera retribuir a la sociedad, a fin de que ésta pueda apreciar la obra que puso bajo su consideración, con todo el bagaje de conocimientos adquiridos en su formación profesional.

El motivo que le induce a uno a estudiar música, es el gusto en ciernes que se tiene por el arte en su conjunto, que deberá plasmarlos en un futuro cercano, en un servicio hacia nuestra sociedad. Otro reto que deberá afrontar el licenciado en música, por su formación holística musical, será “elevar el nivel de la música popular” (en el buen sentido de la palabra), tan fuertemente arraigada en los diferentes estratos sociales, acortar el tiempo de enseñanza-aprendizaje y la música popular se constituya en un vehículo para nuestra propia formación y superación. “Dime qué escuchas y te diré qué música compones y cómo piensas”.

No representara para el Licenciado en Música un reto mayor el de cultivar, si de mutuo propio así lo prefiere, la Música Clásica, puesto que en su formación académica, los docentes incidieron en el conocimiento de este tipo de música en sus diferentes periodos musicales históricos y podrá resolver los problemas que le podrían aquejar con los conocimientos adquiridos en armonía, contrapunto, estilos y orquestación, etc.

De la misma manera, podrá optar por la Música Moderna (Contemporánea). Si bien para algunos entendidos la Música Moderna viene a ser una continuidad de la Música Clásica, por el uso y conocimiento de los mismos recursos y capacidades técnicas-adquiridas, lo que la hace diferente es que no es fiel a la partitura escrita. La partitura puede ser convencional (gráfica), hace uso de “elementos musicales” que en diferentes periodos no fueron catalogados como tales, puede echar mano de sintetizadores y/u ordenadores, utilizar instrumentos “preparados”, puede ser atonal, serial, poli rítmica, etc.

Si bien en la Música Clásica existe la improvisación con el rótulo de “fiorituria” y/o cadencia, es el género del jazz que explota la improvisación, haciendo de ésta una parte ineludible en este género. Podemos citar muchas otras diferencias más, pero para ejemplificar, creo que son las más representativas.

Sólo en el departamento de La Paz existen 861 actividades festivas al año, vale decir un promedio de 2,35 por día, no existiendo un catálogo serio de todo el país. Lo rescatable es que de un tiempo a esta parte, han venido haciendo esfuerzos, dignos de encomio, algunos antropólogos, historiadores, etnólogos, para estudiar e investigar nuestra música nativa y folklórica, con el único fin de sentar precedentes serios, para que no solamente sea “un canto de sirena quejumbrosa” el que todos los países, sobre todo los circundantes, “nos están robando nuestra música” y quede sólo en una declaración lírica, sin ninguna peana seria y sustentadora, de que esas piezas o instrumentos musicales son nuestros, con el debido respaldo investigativo.

Pero éstos se han visto limitados, porque en el trabajo de campo que se realiza, por la falta del conocimiento musical académico, no han sabido interpretar o asimilar el contenido musical de cada una de las piezas musicales, que se interpreta a lo ancho y largo de nuestro territorio, en diferentes épocas y festividades, llevando, en esta época de adelantos tecnológicos, vídeo y grabación para que un músico trate de complementar el estudio efectuado.