Casa espejo, la casa que abre las puertas al arte

Casa Espejo funciona con este nombre desde hace 4 meses. Como dice su nombre, el objetivo de ese espacio es mantener el concepto de casa, pero una casa con puertas abiertas, sin discriminación alguna, por lo que cualquier persona sin importar edad, color, ideología, religión o credo, puede acercarse y ser parte de los talleres, el cine club y la teología holística de la vida que siguen sus fundadores.

Hace un año, las actividades empezaron con el cine club. Las proyecciones se realizaban los viernes y los miércoles, hoy en día el cine ocupa cuatro días de la semana, con ciclos diferentes. Por otra parte, Casa Espejo brinda charlas sobre temas ecológicos, desde el colectivo de los hijos del último jardín, que manejan Geraldine Ovando y Emiliano Longo.

Esta casa antes estaba alquilada a oficinas e incluso un viceministerio pasó por los muros de la casa que hoy en día exhibe frases, cuadros y fotografías para “sacarle el jugo al espacio”. Como Mauricio Ovando indica, “el espacio ya se pintaba para una cosa así y es bueno tener un espacio que es lo que necesita La Paz. Si no lo usas es un desperdicio. Con mis hermanas, que son socias del proyecto, hemos decidido habilitar 3 aulas. El Aula 1 donde se hacen las sesiones de cine, el aula dos que es para dar los talleres teóricos y el aula 3 que es para danza y actividades como yoga. También hay un espacio pequeño que usamos como consultorio alternativo”.

Para Ovando, que dirige junto a sus hermanas este espacio, es reconfortante ver cómo la gente del barrio se apropia poco a poco de la casa, que la use como suya, que explote los espacios con las actividades que quiera hacer.

“Es por eso que no discriminamos actividad alguna sino que la trabajamos junto al interesado. Cualquiera puede venir a dar charlas cualquiera puede venir a armar su ciclo en el cine club, sólo que la armamos juntos para que sea una actividad de calidad”, puntualizó.