Recuento censal por áreas, departamentos y provincias

Los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 deberían servir para planificar el desarrollo económico y social del Estado Plurinacional. Los altos niveles de pobreza y marginalidad en los que vive la población boliviana se deben en parte a la mala planificación del desarrollo, especialmente en el área rural. Las migraciones campo-ciudad son como consecuencia del escaso desarrollo económico productivo de las comunidades rurales, en donde la población al no resistir los efectos de los fenómenos naturales adversos a la producción agropecuaria y la variabilidad climática, emigra en cadena con destino a las ciudades para mejorar su calidad de vida.

Por como se ha realizado el Censo, con movilizaciones masivas de personas de las ciudades hacia las provincias rurales, uso de lápiz para el marcado del formulario censal, encuestadores con poca preparación y ningún pago (¿acaso no era prohibido el trabajo gratuito?), limitada cantidad de formularios en algunos barrios y comunidades, personas que se encuestaban varias veces en el área rural, escaso control policial y otros, se observó el poco interés y/o seriedad del Gobierno para realizar el empadronamiento de la población.

En un principio, el Gobierno había planificado hacer el Censo en el año 2012, luego lo postergó para el 2013, y finalmente dijeron que se va realizar en noviembre de 2012. No cabe duda que el principal objetivo para realizar el Censo es la distribución de los escaños parlamentarios, luego como objetivo secundario está la distribución de los recursos de la Corparticipación Tributaria y el Impuesto Directo sobre Hidrocarburos de acuerdo con la población. Aquí se demuestra que se prioriza los intereses políticos sectarios frente a los técnicos del desarrollo.

De hecho, los datos de población del Censo no van a ser útiles para la planificación del desarrollo urbano y rural, tampoco para la lucha y reducción de la pobreza, debido al margen de error o nivel de confianza en los mismos. Por eso, en Bolivia no funciona ningún plan, programa y proyecto. O recuerden cuando se programó pagar el Bono Sol por primera vez a los adultos mayores de 65 años, con datos del Censo de 2001, sencillamente el dinero presupuestado no alcanzó ni para la mitad de las personas. No es que en Bolivia no funcione la teoría de planificación, sino que los datos del Censo estaban sesgados, como lo están ahora. Nada cambia, todo es lo mismo.

Por consiguiente, se sugiere al Gobierno del Estado Plurinacional el recuento de la población por áreas, departamentos y provincias, con el fin de reducir el error cometido en el Censo 2012. El presupuesto que se invierta para el recuento va ser infinitamente inferior a los recursos públicos que se va a gastar en algunos municipios fantasmas y abandonados, con poca o ninguna población.

Se debería prorizar los recursos públicos para las ciudades, donde se concentran los requerimientos de ítems e infraestructura para escuelas, colegios, universidades públicas, hospitales, servicio de agua, alcantarillado, seguridad ciudadana y otros, a fin de mejorar la calidad de vida. Además, se sugiere elaborar políticas públicas para la Planificación y Ordenamiento Territorial, con la finalidad de detener o revertir la migración campo-ciudad, a fin de equilibrar la población en el territorio.