Por: José E. Pradel B. (Historiador).
SEGUNDA PARTE Y FINAL
Meses después en agosto de 1846, el Presidente Ballivían le mandó a establecer la aspirada ruta fluvial por las corrientes del Mamoré y Madera, hacia el Atlántico, sobre esto escribió: “la navega-ción del Mamoré y Madera, ofrecen un porvenir cuyas favorables consecuencias son incalculables, y es á ellas á la que el Gobierno debe consagrar sus preferentes atenciones…es pues preciso arrástralo todo, vencer las dificultades que de intento se me opusieron y revestirme de la energía necesaria para imponer obediencia á la tripulación compuesta de hombres a quienes nada interesaba una empresa, que habían mirado siempre como irrealizable, ó eminentemente peligrosa”.
Concluidas las preparaciones para el viaje, la gran expedición compuesta por él, su hijo Gregorio, cuarenta fusileros, el Vicario Eustaquio Durán, cuarenta uno indígenas Cabayubas provenientes de Exaltación, quince indígenas Canichanas procedentes de San Pedro y otros quince indígenas Trinitarios, partieron de la localidad de Exaltación, el 7 de octubre, embarcándose en una barca artesanal denominada ‘Garitéa’, tres canoas y un botecito.
En un inicio, durante esta época la corriente del Mamoré se encontraba corta y las costas estaban cubiertas de sauces y cañas bravas. Pero Palacios, ya conocía bastantes detalles sobre el territorio y las poblaciones que habitaban en ellas, esto sin duda, le ayudó a relacionarse con los Jefes o Capitanes de diversas Tribus y dominar las ‘cachuelas’. Al llegar al arroyo Mayosa, el segundo día de recorrido se encontraron con Maba, Capitán de los barbaros Chacabobos, á Bora y dos indígenas más.
Tras estos acontecimientos, el 11 de octubre llegaron a los territorios de la tribu Sinabos, al decimo día bordearon el Río Mamoré, antes de llegar al Rió Beni, se toparon con los indígenas Caripunas, compuesta por 39 habitantes, de la cual José Agustín detalló: “todos tienen flechas en las manos, contestaron con la mayor seriedad nuestra salutación, pero habiéndoles regalado machetes, cuchillos, anzuelos, chaquiras, licor y algunas otras cosas, depusieron su tono airado, se deshicieron de sus flechas, y nos manifestaron una amable familiaridad”.
Dos días después, en una atmósfera serena y despejada continuaron la marcha hacia el suroeste y encontraron la Cachuela Banarera y Pao Grande, una vez delineadas estás, se encontraron con otro grupo de indígenas dirigidos por el Capitán Sonó, en este lugar el Vicario Eustaquio Durán, se quedó ahí para establecer un nuevo pueblo.
El 20 de octubre, descubrieron la Cachuela Madera, Misericordia y Riberón, después de navegar otros dos días, llegaron a un desnivel de aguas, sobre este territorito escribió: “hay cristal de roca, muchas vetas de plata, y unas piedras achinadas que por su brillo y cualidades, anuncian haber criadero de brillantes y diamantes. Finalmente, por todas partes se presentan á la vista aves tan hermosas y de tan variados y ricos colores que unidas á todos los otros objetos que ofrecen grandiosos espectáculos y deliciosas perspectivas”.
Después de haber navegado muchas leguas, el 24 de noviembre descubrió la Cachuela Araras, que significa “Parabas ó Caques”, una especie de loros del lugar, tras haber navegado un poco más, la expedición llegó a la confluencia del Río Abuná, y al salir de ella descubrió la Cachuela Pederneral.
Entre los días 26 al 30, la expedición descubrió las Cachuelas: Tres-hermanos, Yerao, Calderón del Infierno, Morriño, Teotonio, Macacos, San Antonio, Beni, Abuná y Yata Grande.
Finalmente en esta última Cachuela, decidió iniciar la contramarcha de regresó repasando Morriño, Taciparaná, Yerao, Tres-hermanos, Mutumparaná, Paredón, y Pedernera.
Para el 11 de octubre, llegaron a la boca del Río Abuná, donde encontraron varios jeroglíficos grabados en las rocas. Tras navegar muchos días llegaron el día 18 á Yata Grande, Bananera. El día 20, repasaron la Cachuela Guaraguasú y Guayamerín. Después de navegar muchas leguas llegaron a la Junta de Iténes y al arroyo Mayosa, el día 27, para el día el 29 de octubre regresaron á Exaltación.
Así concluyó la exploración dirigida por José Agustín, que duró tres años, permaneciendo un año más como Gobernador del Departamento del Beni, sus exploraciones comprobaron la existencia de diez tribus de indígenas que habitaban las riberas de los ríos, la navegabilidad de los mismos: su fisiología y su clima de cada uno.
Como consecuencia de su exploración, es necesario mencionar, que fue la base para la construcción del ‘Mapa General de Bolivia’; publicado por Juan Ordanza, Juan Mariano Mujia y Lucio Camacho en 1868.
Por otro lado, la información publicada sobre sus exploraciones en el periódico ‘La Época’, en 1852; fue recopilada por su nieto Abel Iturralde, divulgada con el título: Exploración de Don José Agustín Palacios, Realizadas en los ríos Beni, Memoré y Madera y en el Lago Rogo-aguado, durante los años 1844 al 47. Descripción de la Provincia de Mojos, en 1893. Sirvieron como un documento básico, para las posteriores exploraciones dirigidas por: Faustino Maldonado (1860- 61), George E. Church (1871), Edwin R. Heath (1870, 1879- 80), Nicolás Armentia (1881- 82), Víctor Mercier (1887), Cnel. José Manuel Pando (1894) y Percy H. Fawcett (1906-07). Finalmente José Agustín Palacios, falleció en La Paz, en 1875.
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 8.95 Bs. |
1 UFV: | 1.79517 Bs. |
Impunidad |