Los damnificados de Callapa marcharon ratificando que no quieren vivir en El Alto

Un grupo de personas damnificadas por el deslizamiento de la ladera Este, acaecido en febrero de 2011, marcharon ayer por cercanías del palacio Consistorial afirmando que no quieren trasladarse a vivir a la ciudad de El Alto, dentro del Plan de Viviendas del Gobierno central.

Asimismo, exigieron a la Alcaldía que les dote de los servicios de luz y agua porque decidieron no abandonar la zona de riesgo donde se encuentran sus terrenos.

La movilización inició muy temprano, los afectados se asentaron en la puerta de la Alcaldía obstruyendo el acceso de funcionarios ediles a sus funciones rutinarias.

El objetivo era pedir que se les instale de forma inmediata los servicios básicos en sus viviendas que quedaron firmes a pesar del deslizamiento y también de aquellas que de a poco están siendo reconstruidas.

El presidente de Callapa, Humberto Blanco, informó a EL DIARIO que “hace más de un año las familias del lugar se encuentran viviendo en condiciones poco adecuadas y precarias”. Pese a que el estudio de suelos ya fue entregado de manera oficial al Gobierno Municipal.

“La molestia es que no queremos seguir viviendo en las condiciones que estamos, sin conexiones de agua, luz y alcantarillado, somos más de 150 familias afectadas en Callapa y requerimos volver a nuestras viviendas, además no hemos aceptado ir a las viviendas en El Alto”, aclaró.

Por su parte, el dirigente del sector 7, Samuel Oroña dijo: “Nos sentimos molestos nos han engañado, sólo hay agua en el campamento pero los que hemos vuelto a nuestras casas no podemos contar con el servicio.”

Los damnificados aseguran que no aceptarán ser relocalizados en El Alto, “Muchos se han ido a vivir a otros sectores pero los alquileres son muy altos y es imposible que nos lleven a tan lejos por esa razón es que queremos volver a nuestras viviendas sea en las condiciones que sean”, aseguró.

Según datos del Gobierno Municipal, el pasado 26 de febrero del año 2011, un deslizamiento de gran magnitud dejó en la calle a 6.000 personas. Tras el hecho el Gobiermo central se comprometió a ayudar a los damnificados con viviendas.