Más subvenciones, autos y contaminación

Desde hace varios años partidos políticos de oposición y medios periodísticos estuvieron denunciando, con sentido crítico constructivo y de manera franca y hasta machacona, que el Gobierno estaba cometiendo errores de consideración que afectan los intereses de la Nación y del Estado. Se señaló, en particular, que la importación, casi ilimitada de hidrocarburos originaba el crecimiento de las subvenciones. Así mismo, se remarcó que la legalización de miles de vehículos llegados de contrabando, aumentaría el consumo de gasolina y diesel, lo cual, en una espiral sin fin, haría acrecentar los gastos de las subvenciones.

Pasado el tiempo, las críticas de los analistas económicos y políticos se han visto confirmadas por los hechos y, al mismo tiempo, se constató que las decisiones gubernativas eran equivocadas. En síntesis, las opiniones de la oposición resultaron correctas, mientras los proyectos gubernativos provocaron lamentables fallas.

El hecho de que en los últimos seis años se hubiese duplicado la cantidad de vehículos (de medio millón a un millón) del parque automotor y, al mismo tiempo, el hecho de que las subvenciones por hidrocarburos hubiesen subido de 365 millones a más de mil millones de dólares en el presente año (es decir el triple), constituyen un conjunto de verdades innegables que pueden causar vértigo hasta a los más serenos analistas.

Sin embargo, tanto el desmesurado crecimiento del parque automotor así como la abrupta subida de las subvenciones para importar hidrocarburos, no son los únicos problemas que ha originado la política oficialista, pues se están presentando otros conflictos de no menor envergadura, los mismos que, a la vez, tienen efecto multiplicador, o sea que las causas se convierten en efectos y, al mismo tiempo, los efectos se convierten en causas provocando un círculo vicioso imposible de detener.

El acrecentamiento deliberado del parque automotor al doble y la subida de las subvenciones al triple por parte del Gobierno del Estado han creado factores multiplicadores verdaderamente delictivos y hasta criminales. En efecto, el incremento de las subvenciones ha determinado el crecimiento de la deuda externa, lo cual reduce el significado de la existencia de una sólida Reserva Internacional.

Pero además el crecimiento de la cantidad de vehículos (que ha determinado que crezca el consumo de gasolina y otros y se triplique la importación de hidrocarburos), está causando extraordinario aumento de la contaminación del ambiente a nivel general, sin que se vislumbre la menor posibilidad de que ese atentado contra la naturaleza sea eliminado o por lo menos atenuado.

En general se puede considerar que mientras el gobierno de Evo Morales hace gran propaganda diciendo defender a la madre tierra, evitar la contaminación, luchar a nivel mundial contra la destrucción del medio ambiente, bajar la temperatura global y otras lindezas, lo que está haciendo en los hechos es lo contrario. Y aquí lo único que valen son los hechos.

Finalmente, se debe considerar que las críticas de la oposición (calificadas como instigación del imperio, del neoliberalismo y otros adjetivos) resultaron correctas, mientras las reacciones oficialistas cayeron en los conceptos señalados por la oposición.