Es el título del texto que compila los artículos publicados por Juan Antonio Morales entre el 2003 y el 2011, editorial Plural, abril 2012. Una etapa en la cual este destacado profesional, que prestigió la profesión del economista académico hasta niveles raramente alcanzados en nuestro medio, desde la máxima autoridad del Banco Central de Bolivia, como su Presidente durante 11 años, hasta el periodo en que fue acusado por el Gobierno de varios casos en torno a su periodo de funciones, hasta concluir por recluirlo en la cárcel, para luego dictarle “arresto domiciliario” por tiempo indefinido, aunque no hace mucho le fue autorizado el permiso para poder viajar a los Estados Unidos para dictar cátedra en una de las universidades de mayor prestigio del país del norte. Oportunidad que raramente se ofrece a aquellos que realmente son competentes en su campo de especialidad.
Todo un vía crucis, para alguien cuya principal misión fue defender la autonomía del sistema financiero, para preservar la economía nacional, contra el ataque de ese mal: la inflación, que hizo estragos, no hace mucho, en el bolsillo de todos los bolivianos. El síndrome de acudir a los fondos del BCB, para resolver el déficit fiscal, ha sido un mal endémico a lo largo de nuestra historia política y económica.
Tal vez el título responde al sujeto que se siente náufrago, en un país donde predomina el “principio de incertidumbre”, sobre el cual en cierta ocasión escribí un artículo.
¿Cuáles son los relatos que se encuentra en esta crónica de la vida nacional, particularmente en materia de política monetaria y económica? Algunos de ellos: “La escurridiza reactivación económica”, donde se analiza el comportamiento de la economía nacional entre 1999-2002. “El ataque contra el BCB”, en el cual comienza afirmando: “el país tiene una increíble fascinación con la autodestrucción” y luego relata la sucesión de ataques públicos, buscando dañar la imagen de la institución cuyo objetivo principal fue lograr la estabilidad financiera. La Presidencia del BCB tuvo que librar esta batalla, como se dice vulgarmente, como el gato panza hacia arriba, en total desventaja.
En su artículo “San Francisco de Asís, funcionario público”, de manera jocosa, se refiere a las tribulaciones de un funcionario público, al cual le rebajan el sueldo por Decreto y que tiene que presentar su POAI, que es un control de tiempos y movimientos, como en las cadenas de montaje de automóviles Ford. “El santo no se había dado cuenta que ser servidor público acarreaba muchos riesgos, siendo uno de ellos el perder todo su patrimonio”.
Pero también tiene otros con tinte más político, como el titulado: Oposición, ¿Cuál oposición?, en el cual cuestiona la ausencia de una oposición que sirva de balance en la toma de decisiones gubernamentales. Entre otras cosas, propone la necesidad de asegurar mecanismos de alternabilidad en el poder. También la necesidad de generar mecanismos legales para preservar los derechos de propiedad.
Es probable que por su independencia de criterio y opiniones valientes, haya sido perseguido y castigado injustamente, para sentar un precedente entre todos aquellos que quieran pensar distinto a la corriente del momento.
Muy difícil resumir en una nota corta, la riqueza de ideas y las posiciones de Juan Antonio, por ello los invito a repasar este libro, para tener una dosis de “ubicatex” en diferentes ámbitos de la vida nacional. Puede ser una buena receta para la autopreservación.
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