El arquitecto que dio forma a la sensualidad muere a los 104 años

El pasado miércoles, la noticia de la muerte del creador, visionario y, sobre todo, artista Óscar Niemeyer conmocionó al mundo. Vivió 104 años y es considerado como un genio creador que diseñó la mayoría de los palacios y edificios de Brasilia, junto a Lucio Costa.

“Óscar Niemeyer era un auténtico,(como un) Quijote dispuesto a batirse por los más débiles. (Justamente) la única escultura que tenía en su estudio de Copacabana era la de El Quijote”, señaló hoy a EFE Natalio Grueso, exdirector del Centro de Avilés.

Grueso, ahora director de Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid y del madrileño Teatro Español, dirigió ese centro desde que el arquitecto brasileño donó el proyecto, a finales de 2006, hasta que el gobierno de Álvarez Casco retiró la cesión del mismo a la Fundación Niemeyer el 15 de diciembre de 2011, que es el día del cumpleaños de Óscar Niemeyer, informó EFE.

El arquitecto y artista fue seguidor y promotor de las ideas de Le Corbusier. Hoy en día es considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna internacional. Fue pionero en la exploración de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado, además de ser maestro de las curvas y la sensualidad.

Dentro de sus principales proyectos arquitectónicos destaca la construcción de Brasilia como nueva capital de Brasil, durante los años 60. Como señalan sus compatriotas, Niemeyer fue el principal responsable de algunos icónicos edificios públicos de la ciudad, por ejemplo el Congreso Nacional de Brasil, la Catedral de Brasilia, el Palacio de Planalto y el Palácio da Alvorada. Fue también uno de los principales responsables del equipo que diseñó la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York.

Durante la jornada de ayer, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recibió con honores en el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, los restos mortales del arquitecto Óscar Niemeyer, decretando luto oficial de siete días por su muerte.

La decisión de llevar a Niemeyer al Palacio de Planalto partió de Rousseff, que el miércoles, al enterarse de la noticia, se comunicó con sus familiares para darles el pésame y hacerles el ofrecimiento. Está previsto que el féretro sea regresado esta noche a Río de Janeiro para un velatorio privado en el Palacio da Cidade, que la Alcaldía de la ciudad puso a disposición de los familiares de uno de sus hijos más ilustres que dejó como legado la belleza de sus obras.