Las chifleras ofrecen una solución para cualquier tipo de dolencia

Ciudadanos afirman que antes se podía encontrar a una de estas personas en cada zona pero que actualmente se prefiere acudir a una farmacia evitando estos negocios.


Los conocimientos de estas expertas se trasladan de generación en generación para que los hijos y nietos continúen en el negocio colaborando con los ciudadanos y brindando remedios naturales que mejoren la salud de quien lo necesite.

Varias calles de la urbe alteña son lugares de atención donde se ofrecen cientos de remedios tradicionales que pueden ser la solución a cualquier tipo de dolencia. Las chifleras, expertas vendedoras de este rubro, son quienes aconsejan a los ciudadanos sobre las hierbas encargadas de combatir los males y la forma en que éstas deben ser consumidas.

Según comentan las especialistas, los conocimientos se pasan de generación en generación y actualmente Jaqueline Mamani, una menor de 13 años es la encargada de resguardarlos y trasladarlos diariamente a los clientes que se aproximan a sus puestos de hierbas medicinales.

Desde que salen los primeros rayos del sol ella se dispone a ir a su negocio porque gracias a la venta de esas hierbas, se puede mantener toda su familia de siete integrantes.

Con su corta edad, Jaqueline tiene la capacidad de aconsejar que tipo de hierba usar sin importar la dolencia y ayudar a quien se lo pide.

“Mi mamá me enseñó todo lo que ahora sé de plantas. Gracias a ella puedo decir con certeza cuales son las propiedades medicinales de cada planta y de cada tónico que vendemos”, afirmó la joven experta.

En su puesto, afirma, tiene infinidad de plantas que curan muchas enfermedades. “En realidad estas plantas sirven para sanar varias dolencias, pero nosotros siempre recomendamos que primero consulten a un médico”, comentó la entrevistada.

Como ella hay decenas de chifleras que mantienen a sus familias vendiendo hierbas medicinales en La Ceja, ellas son muy requeridas porque gran parte de la población confía ciegamente en los beneficios de las plantas.

“Las veces que yo vine, me dieron el remedio adecuado, además, muchas de ellas son más efectivas y tienen menor costo”, comentó Abigail Moreno, vecina de la urbe.

Agregado a ello, los clientes afirman que por provenir directamente de la naturaleza, las hierbas no hacen daño al organismo.

“Antes, nuestros antepasados sólo cuidaban su salud con estas plantas y eran muchos más fuertes, no se enfermaban de nada y vivían más años”, aseveró Francisco Choque, ciudadano alteño.

La variedad de los productos es muy extensa uno puede encontrar desde retamas, que se utilizan para la buena suerte, hasta plantas que curan problemas prostáticos.

“La más solicitada es precisamente la retama, porque todos la llevan para la buena suerte, la más cara y escasa es el kari kari”, comentó Jaqueline.

En lo referente a los precios, los amarros de las diferentes plantas se venden desde dos bolivianos hasta los 15. Agregado a ello, las chifleras indicaron que también venden plantas procesadas.

“Tenemos muchos tónicos que fueron elaborados con las mismas plantas, sin embargo, aunque fueron procesadas, no pierden sus beneficios medicinales”, comentó la chiflera.

Son tónicos que ayudan a adelgazar, otros combaten la anemia y otros los problemas hepáticos, entre otros males, el costo rodea los 30 bolivianos, además, las hierbas deshidratadas también sufrieron algún tipo de procesamiento.

“Tenemos las hierbas listas para tomarlas en infusiones, ya envasadas y de larga duración”, agregó Jaqueline.

Por otro lado, para muchos ciudadanos las chifleras son parte fundamental de las costumbres ancestrales andinos que se están perdiendo.

“Antes había una chiflera en cada barrio, ahora sólo se las encuentra en este sector, la mayoría de la gente prefiere entrar a una farmacia y evita consumir las medicinas tradicionales, creo que no deberíamos dejar que esta costumbre se pierda, eso fue los que nos enseñaron y nosotros deberíamos enseñarles a nuestros hijos”, aseveró Lucha Quiroga, cliente de las chifleras.

Aunque las vendedoras de plantas medicinales son requeridas, muchas de ellas son muy introvertidas y evitan brindar información.

“Los que pasa es que algunas personas tienen una mala imagen de nosotras, creen que nosotros vendemos plantas para brujería y para hacer maleficios, incluso para cometer abortos, por eso cualquier información que les demos puede ser tomada a mal, pero la realidad es muy diferente, con vender plantas y hierbas no hacemos daño a nadie más bien contribuimos con la salud de los ciudadanos”, manifestó una vendedora que no quiso dar su nombre.

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