I
Es bueno hablar de macro y microeconomía, pues nos dan datos, tendencias, pero el pensamiento económico debe dar una mirada estructural a las cosas, sólo así podemos encontrar las razones por las que la máquina económica boliviana muestra signos de bonanza y rápidamente se ve atascada en su funcionamiento.
Esta frase podría ser el inicio de nuestra reflexión: “Detrás de la retórica de ruptura, los líderes del Sur se hacen los importadores de nuestro derecho, de nuestro modelo de desarrollo, de nuestra forma de democracia representativa (así la acomoden a su manera). Esos “príncipes”, sus entornos y sus intelectuales piensan, actúan y construyen ampliamente en función de nuestras categorías”.
Denunciado como portador del dis-funcionamiento y del fracaso económico y social, el proceso de occidentalización está integrado en las estrategias, las más diversas y las más inesperadas. Es concebido como arma del poder; la importación de modelos occidentales sirve tanto a proyectos revolucionarios como reaccionarios.
Blanco de la mayor parte de los movimientos sociales contestatarios, esta importación de categorías se infiltra en las temáticas y prácticas políticas cotidianas; instrumento de acción y de gobierno, es utilizado ampliamente por el juego de las elites intelectuales, ya sea en el campo de pensamiento, de escritura y también en la orientación de su convicción. Es en ese contexto que se debería discutir las “últimas novedades” que remueven los espíritus: la economía comunitaria y la economía incluyente.
Vayamos al depósito de nuestras “cosas importadas”; las categorías que han marcado las generaciones son: “Desarrollo económico”, que “ofrecía progreso”, “desarrollo sostenible”, que enseñaba la “solidaridad con los que no habían nacido todavía, es decir las generaciones futuras; Desarrollo de la “economía incluyente”, que pregona desde las instituciones supranacionales las formas de “inclusión a los pobres”, “la economía comunitaria”, presentada como la economía que excluye toda forma de explotación. De todos esos experimentos en Bolivia casi nada funcionó, ¿por qué?
De los cuatro “modelos” de desarrollo, dos de ellos han sido escándalos desarrollistas; los líderes y los economistas engañaron a sus pueblos consciente o inconscientemente y cada vez que se agota la fuerza del discurso, los grandes, la ONU y las instituciones que la acompañan forjan nuevas categorías, nuevos experimentos y no dejan que los hombres y mujeres lean su realidad y diseñen estrategias para jugar en el mundo.
En ese contexto, para abordar el tema empecemos con algunas preguntas. Una de ellas es: ¿por qué Bolivia no despega económicamente a pesar de tener muchos recursos naturales? ¿Sobre quién recae la responsabilidad de este estancamiento o de este patinaje? ¿Por qué nuestros empresarios son dormilones y no aventureros? ¿Por qué los gobernantes sólo buscan la oligarquización en el poder? ¿Donde quedaron esas teorías de desarrollo para poder explicar el funcionamiento de la máquina económica boliviana? Es cierto, la evidencia empírica nos dice que la máquina económica boliviana es capitalista, pero ¿cuál es su característica?
Nuestra hipótesis de trabajo es la siguiente: la máquina económica boliviana está en la encrucijada de al menos tres estructuras, cuyas lógicas giran en sentido opuesto. Este proceso particular no siempre ha merecido una atención por parte de los estudiosos en ciencias sociales y económicas. Cuando hablamos de estructuras no sólo nos referimos a estructuras económicas, sino a otras que tienen una importancia y una incidencia en el desarrollo socio-económico del país.
Su dinámica se encuentra frenada por instituciones de carácter feudal, éstas hacen parte y son la norma en las instituciones políticas y económicas; también están marcadas en la mente de los actores. Por otra parte tenemos la estructura material y mental del ayllu andino, asumida por los mercaderes que deambulan por todo el territorio articulados en el proceso de la acumulación capitalista. La máquina económica boliviana está marcada y estructurada, entonces, como sigue: Estructura Capitalista, estructura feudal y Estructura del Ayllu. Es esta yuxtaposición o articulación que se debe discutir para diseñar políticas de desarrollo.
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