Antagonismos partidistas contrarios a principios

El hecho de presentarse discusiones y antagonismos insalvables entre fuerzas políticas del Gobierno y alguna de la oposición, da lugar a que la colectividad piense en lo negativo que son esas conductas, ya que por principio debería haber respeto y consideración entre ellos, mucho más si se trata de posiciones sobre la situación económica, social o política del país, que es de conveniencia de todos y no sólo de fracciones partidistas que, parece, toman cada caso solamente para satisfacer soberbias y orgullos que poco beneficio acarrean a la nación.

Los partidos políticos, el oficialista MAS y el MSM, opositor, en las últimas semanas se han visto enfrentados por posiciones contrarias al respeto que se deben a sí mismos y, sobre todo, al pueblo que dicen representar. Discusiones bizantinas que nada tienen que ver con los intereses nacionales perjudican la convivencia que deberían ejercitar los partidos políticos, inclusive por el hecho de que ambas fuerzas buscan apoyos para elecciones generales que aún están muy lejos de concretarse.

¿Cuán cierto es que cada uno de estos partidos tiene por meta el servicio al país si no pueden arreglar sus diferencias mediante el diálogo y la concertación? ¿Por qué no buscan soluciones a los problemas que discuten, en planos de armonía? ¿Es que deben sostener pugnas contrarias al bien común, sabiendo que es el pueblo el que observa actitudes bochornosas y discusiones que nada tienen que ver con los problemas que son planteados y para los que se debería encontrar cauces de solución?

El MAS, conjuntamente el MSM, muy allegado al partido oficial durante buen tiempo, hoy se encuentran alejados y con diferencias que en nada contribuyen a los problemas discutidos; viven sus protagonistas momentos de permanente tensión y en posición de afronte que a ratos más parecen un “show” barato que nada tiene de serio y menos responsable. ¿Es que sus dirigentes no pueden conciliar criterios y arribar a soluciones que despejen sus diferencias? ¿No pueden hacer “honor” a viejas amistades y concordancia de ideas de cambio que tanto pregonaron?

La oposición -a la que pertenece el MSM- es testigo de una confrontación desigual que, por los caminos escogidos, no arribará a solución alguna para sus diferencias mientras no renuncien a la soberbia y la petulancia que caracteriza a sus dirigentes. Deben entender que el país no está ni debería estarlo para discusiones que nada tienen que ver con el bien común y, más bien, sus protagonistas tendrían que dedicar tiempo y energías para buscar remedios para las crisis por las que atraviesa el país y que en sumo grado se han agravado, por las posiciones de ellos mismos y de partidarios que buscan sólo la satisfacción de sus intereses.

Ambas partes, conjuntamente los demás partidos, deberían entender que la política es servicio, vocación para encontrar las mejores soluciones para situaciones que afligen a la colectividad, porque lo hecho hasta ahora debilita posiciones ante el pueblo, que esperaría conductas constructivas de quienes pretenden seguir en el Gobierno, los unos o llegar al mismo los otros.