La basura es una constante en las esquinas paceñas

Persiste la ignorancia e incumplimiento del principio: “El que contamina paga”.


La cantidad de basura que se genera en la sede de gobierno hace que contenedores y papeleros queden chicos.

Por Mirna Quezada Siles

Fundación para el Periodismo

En gran parte la limpieza o suciedad del lugar que habita es también su responsabilidad. No piense que es sólo culpa de la Alcaldía o las empresas que recolectan residuos sólidos.

El problema de la basura en La Paz es superado técnica y prácticamente en gran proporción en lo referente a su recojo y traslado hacia zonas específicas destinadas a su relleno sanitario. Pero no se debe ignorar algunas fallas de coordinación que tienen las empresas encargadas de recogerla y trasladarla, así como labores de supervisión insuficientes aún de parte de la Alcaldía Municipal; para que se alcancen los niveles de excelencia que requiere afrontar todo lo relacionado con los residuos sólidos, la eliminación de los riesgos que conllevan contra el medioambiente y la salud de los habitantes –generadores de la misma- y la manipulación hasta su destino final.

Si el problema persiste ya no es por la basura propiamente dicha –que registra un aumento-, sino porque los generadores de la misma acusan todavía una marcada falta de educación y disciplina respecto a la parte de responsabilidad que les corresponde en la solución del problema y sus consecuencias; éstas pueden ser leves, graves o gravísimas. Persiste la ignorancia e incumplimiento del principio: “El que contamina paga”.

“¿Qué beneficios trae separar la basura si te van a pagar apenas unos centavos por ella?” “¿Por qué voy a sacar la basura en horarios y hasta los contenedores si pago para que otros cumplan este servicio?”, cuestionan coincidentemente vecinos paceños sin que se interesen por saber cuál es el verdadero costo que demanda la gestión y el tratamiento de los residuos sólidos -en la capital Sede de Gobierno de Bolivia- y si su pago los cubre de manera justa y suficiente.

Los operadores de la recolección de residuos sólidos y su transporte hasta los rellenos sanitarios o botaderos culpan a los vecinos o usuarios de no cumplir horarios y ser responsables de la aparición de bolsas o basura esparcida en lugares públicos.

Los vecinos acusan a los camiones de las empresas también de algo parecido: no cumplir horarios para el recojo de la basura; peor aún: de dejar abandonada la basura hasta que los perros rompan las bolsas y ensucian-contaminan los lugares públicos. Entonces, alguien o algo deben poner punto final a este problema.

¿QUIÉN DICE QUE DEBO BARRER MI ACERA?

La costumbre arraigada en anteriores generaciones, de barrer temprano las aceras de avenidas, calles, callejones y pasajes donde se encuentran las viviendas de la ciudad ha desaparecido y se piensa que se trata de una obligación de las empresas de aseo urbano.

“¿Quién dice que debo barrer mi acera? Que lo haga la Alcaldía”, dice una vecina molesta por tanta suciedad en la puerta de su casa, desconociendo en su totalidad las disposiciones al respecto.

Con relación a la recolección y disposición final de residuos sólidos existe normativa vigente. Se encuentra la Ley 1333 y el Reglamento de Aseo Urbano, por ejemplo; sin embargo, existe un desconocimiento de éstas por parte de toda la población que habita en la ciudad de La Paz; y por eso también muchas conductas resultan reprochables en la sociedad porque mucho se conoce sobre los derechos, pero poco o nada de las obligaciones o deberes.

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