Barack Obama demostró su determinación de avanzar en el sensible tema de la regulación de las armas de fuego y nombró ayer al vicepresidente, Joe Biden, para comandar un grupo de trabajo que elabore propuestas después de la matanza registrada en una escuela primaria de Newtown (Connecticut).
Obama estaría dispuesto también a renovar regulaciones contra las armas de asalto tomadas por Bill Clinton en 1994, pero expiradas diez años después. Bajo la conmoción generada por la tragedia del pasado viernes en la escuela Sandy Hook de Newtown, podría incluso intentar ir más allá.
En una intervención en la Casa Blanca cinco días después de la matanza en la que fueron asesinados 20 niños y siete adultos (incluida la mamá del agresor), Obama dijo que respalda el derecho de los ciudadanos a tener armas, pero sólo dentro de “límites responsables”.