Como dirían los Kjarkas, no se acaba el mundo…

21-12-12 una fecha que al mundo le preocupa



La tan anunciada llegada del 21/12/12 y el fin del mundo que todos se promociona cómo el final del calendario maya fue descartado inclusive por estudiosos de la cultura Maya.

A estas alturas, el que escribe esta nota debería ser uno más de los difuntos y, junto a los millones de personas en el planeta, dejaría de ser testigo del llamado fin del mundo.

Pasa este 21 de diciembre de 2012 como pasaron otras fechas que provocan cierto susto colectivo y el mundo sigue más o menos intacto, de no mediar su acción depredadora.

El Credo, que no es más que la síntesis de la filosofía cristiana, resume los artículos esenciales de la religión y al tocar este punto señala “Dios vendrá a juzgar a vivos y muertos”, de manera que hay que diferenciar fin del mundo de fin de la humanidad; segundo, que en el momento de la segunda venida de Cristo en el planeta estarán vivos y muertos, para posteriormente señalar la resurrección de los muertos, sin explicar en qué condición. Habría que añadir el texto bíblico: “Nadie sabe ni la fecha ni la hora…”

Adivinos, profetas, visionarios anunciaron tantas veces el fin del mundo y otras tantas veces han fracasado en su pronóstico. El mundo no se acaba el 21 de diciembre, han repetido los expertos. Eso, sin embargo, no ha impedido que las redes sociales se hayan inundado de mensajes sobre este tema.

David Morrison es el astrónomo de la NASA encargado de contestar las preguntas de los ciudadanos sobre el espacio, las actividades de la agencia espacial y el comportamiento del universo en general.

Últimamente el pobre doctor no se da abasto con las llamadas y mensajes que recibe diariamente. Le preguntan por el meteorito que supuestamente chocará el viernes con la Tierra, por el planeta Nibiru, por la tormenta solar que dicen que se acerca, por la alineación de los planetas y hasta, afirma, le cuentan de sus planes de suicidio antes del Fin del Mundo.

Desde el Tíbet un lama que se hace llamar El Oráculo de Shambhala le mandó una carta donde pronostica que el 21 de diciembre, a las 6 de la mañana, 10% de los 7 mil millones de habitantes del mundo morirán y el planeta quedará sumido en la oscuridad y el silencio.

El lama tibetano da una serie de recomendaciones para estos días: la principal es irse de las grandes ciudades y quedarse en el campo hasta la primavera.

Por eso, la NASA ha lanzado un comunicado oficial donde anuncia de manera enfática que “el mundo no se acabará el 21 de diciembre ni cualquier otro día de 2012”.

No sólo los mayas hablaron de este tema, sino los científicos han intentado responder a una inquietud de la colectividad que se siente impactada por los anuncios de los agoreros. Ante el cuestionamiento lanzan cinco hipótesis sobre el posible fin del mundo que en síntesis señalan estos puntos.

EL IMPACTO DE UN METEORITO

Ya se vio en varias películas de ciencia ficción y puede pasar dentro de decenas o centenas de años. En septiembre de 2012, un asteroide pasó a 2,5 millones de km de la Tierra, unas siete veces la distancia a la Luna. En febrero de 2013, una roca de 45 metros de diámetro pasará tan cerca que podría impactar un satélite. Esta posibilidad de impacto según los hombres de ciencia es uno a 700.000.

UNA GUERRA NUCLEAR

Para algunos entendidos en guerra, el peligro nuclear no ha terminado. “Que los conflictos entre las Coreas, o entre India y Pakistán escalen hasta un enfrentamiento nuclear es hoy un escenario más probable, así como el de un ataque terrorista. Algunas amenazas de esta naturaleza han inquietado a los gobernantes de las grandes potencias.

LA EXPLOSIÓN DE UNA ESTRELLA GIGANTE

Este fenómeno puede liberar más energía de la que el Sol emitiría en toda su existencia. Semejante cantidad de radiación aniquilaría la vida de cualquier planeta en su camino. Basta citar que el hombre no aguataría una temperatura superior a los 45 grados centígrados.

UNA PANDEMIA GLOBAL

En 1918, la gripe española cruzó el mundo y dejó una estela de destrucción entre 20 y 50 millones de muertos. Si hoy se presentara una pandemia similar, podría extenderse con mucha mayor rapidez y efectividad gracias a la red global de rutas aéreas.Pero hay algo a favor de la humanidad en el mundo actual: también ha evolucionado la medicina y las formas de combatir una pandemia.

ERUPCIÓN

La otra teoría del fin del mundo es aquella en la que la causa es la erupción de un “super volcán”. Por dar un ejemplo, el supervolcán ubicado bajo el parque Yellowstone, en EEUU, tiene la capacidad para expulsar a la atmósfera 2.000 millones de toneladas de materiales tóxicos que causarían el equivalente a un invierno nuclear. Afortunadamente, no pareciera haber evidencias de que dicho volcán despertara en los próximos tiempos: su última supererupción ocurrió hace 640.000 años.

 
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