La tradición de adorar al Niño no se pierde en esta ciudad

Como todo en la vida, las costumbres practicadas en Nochebuena en La Paz han ido cambiando a medida que pasan los años.

Sin embargo, una tradición que permanece desde hace muchos siglos atrás es compartir en familia una taza caliente de chocolate, asistir a la Misa de Gallo después de la medianoche o colocar al Niño Jesús en su pesebre justo a las 12: 00.

Abuelitas comentan que esas sencillas acciones perduran desde la época de la Colonia, también el cocinar el platillo llamado “picana” que es una deliciosa mezcla de carnes cocinadas con choclo y condimentadas con pimienta entera.

Otra tradición emocionante es el canto de los villancicos en las calles y las danzas de los niños en frente del pesebre.

Si el clima así lo permite, se suele salir a las calles para visitar a vecinos y familiares con el objetivo de adorar el Nacimiento Divino.

El tinte materialista del intercambio de regalos también prevalece, pese a que la economía actual de las familias no ayuda a que esta costumbre siga firme; en la mayoría de los hogares se realiza el intercambio de obsequios en el momento de darse el abrazo de las doce de la noche.

Para los niños la sorpresa queda postergada para la mañana del 25, cuando todos corren hasta el pie de arbolito o del Nacimiento para ver “¿qué les dejó Papa Noel?”.

En el resto del país las navidades son similares a La Paz, con la diferencia que en Sucre los cánticos de villancicos se hacen más frecuentes. Las visitas después de las 12:00 son tradición en Potosí y en Oruro el encuentro en la plaza principal para adorar al Niño, todos juntos, en paz, armonía y unión.

En Reyes, Beni, se escoge a cinco personas adultas y a un bebé para que recreen el Nacimiento de Jesús: María, José y los tres Reyes Magos.

En Tarija la adoración se hace muy intensa cuando después de la medianoche las familias se reúnen en la plaza principal y efectúan la danza de la trenza (un palo del que salen varias cintas que son trenzadas con una coreografía graciosamente delicada).

En Santa Cruz la fe cristiana se patentiza cuando gran parte de la población asiste a la Misa de Gallo.

En Cochabamba el amor se revela cuando los miembros de las familias se ponen alrededor de una mesa en la cena y todos se toman de las manos esperando el Nacimiento del Niño.

Bolivia es un país creyente y ese rasgo sale a relucir cada fin de año.