Según la Iglesia Católica, Cristo llegó al mundo para salvarnos del pecado

Un año más, las familias católicas de La Paz se reúnen para rememorar los sacrificios de la “Sagrada Familia” que promovió la llegada de Jesús al mundo terrenal para salvarnos del pecado.

Debido a un censo que debía ser realizado en la región de la antigua Palestina hace 2010 años José, María y en su interior el niño Jesús dejaron su hogar en Jerusalén para trasladarse a Belén, lugar de origen del padre, donde debían registrarse.

El camino fue largo, María fue trasladada antes de dar a luz sobre un pequeño burro que le sirvió de transporte guiado por José quien velaba en cada momento por el bienestar de su familia.

Según cuenta la historia bíblica, el frío era lo que más los aquejaba. El guardián contaba con la esperanza de llegar a su tierra natal y a un hospedaje donde los tres podrían descansar acompañados de la belleza del lugar.

Su sorpresa fue grande porque al llegar y buscar el tan ansiado lugar se encontraron con puertas cerradas, hospedajes sin vacancia y poco a poco al llegar la noche y sufrir cada vez más las inclemencias de la temporada, la desesperación cundió.

Una amable mujer quien rechazó a la pareja por carencia de espacio se compadeció de ellos y les ofreció un espacio en el interior del establo junto a los animales que eran resguardados allí.

Esta fue una bendición para la familia porque María había comenzado a tener dolores característicos del parto, las contracciones llegaban cada vez con más fuerza.

La dueña del lugar proporcionó a la madre mantas para su resguardo mientras José preparaba un improvisado pesebre en el interior del establo con paja y rocas que encontró en los alrededores.

Los animales también presenciaron la llegada de “El Salvador”.

Al momento de su nacimiento, el pequeño lugar se iluminó con una luz totalmente blanca.

Entretanto, muy cerca del lugar un grupo de pastores descansaban con sus rebaños de ovejas, era costumbre entre ellos que cada noche estrellada agruparse para conversar y protegerse entre sí de los lobos y ladrones que acechaban por la zona.

Estando reunidos de pronto vieron una luz intensa que los sorprendió, era un ángel quien se acercó a ellos y les dijo que no temieran, él les contó la buena noticia también les explicó cómo llegar hasta el establo donde Jesús estaba y de qué manera encontrarían al recién nacido.

En ese instante en el cielo, miles de ángeles celestiales cantaban a coro, “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz, buena voluntad para con los hombres”.

Los pastores llegaron rápidamente hasta el lugar, se arrodillaron ante el niño y lo adoraron, luego les relataron a los padres lo ocurrido aquella noche, motivo por el cual se llenaron de felicidad.

De esta manera, Jesús, “El Salvador” a quien el mundo había esperado durante tanto tiempo, nació en un establo, muy lejos del brillo de los grandes palacios y los festejos que comúnmente rodeaban el nacimiento de un rey.

El Rey de reyes brilla desde ese día hasta la eternidad.