El corrupto más notable del año

Mientras las publicaciones más importantes del mundo trabajan afanosamente para designar al hombre más notable de este año en cada nación, mi periódico que es “The Achacachi Times” considera que lo más apropiado en nuestra realidad actual sería que los bolivianos nos dediquemos en esta época a buscar y honrar al corrupto más notable del año, aunque tal tarea es difícil y complicada.

Mi pariente espiritual siempre dispuesta a colaborarme en mi trabajo periodístico me dijo: “no se preocupe compadre, yo lo llevaré esta noche (les hablo del viernes pasado) al naiclú “Malena”, donde se realizará el Baile de la Corrupción 2012, donde designaremos al corrupto más notable del año, atendiendo a la sugerencia del importante magazine “The Achacachi Times”. Le hice recuerdo que hace poco tiempo asistimos a otro Baile de la Corrupción, donde todos los invitados tuvimos que asistir sin calzón, fiesta que resultó inolvidable, aunque no pudimos seleccionar a los aspirantes al honroso título.

La cholita cochabambina, siempre en busca de nuevas emociones, me garantizó que este sería un baile más emocionante porque asistirían todos los involucrados en los casos de extorsión denunciados a raíz del bullado caso del norteamericano Jacob Ostreicher, amigo íntimo del artista de Hollywood Sean Penn, Embajador Extraordinario del presidente Evo para tratar nuestro retorno al mar, imponer el acullico de coca en el mundo civilizado y lograr la extradición a Bolivia del ex Presidente Goni Sánchez de Lozada.

Mi comadre nacida en Quillacollo se encontraba dichosa de poder compartir con ciudadanos de tan alto nivel como ex ministros de Gobierno de la talla de Sacha Llorenti y otros, siendo posible bailar hasta con actuales ministros del presidente Evo como el Ministro de Gobierno y el Ministro de la Presidencia señor Quintana.

El entusiasmo de mi prestamista se desbordó al contarme que asistiríamos a una fiesta tan distinguida despojados de nuestros calzones, pues podríamos conversar con tan altos personajes “a calzón quitado”, lo que implicaría enterarnos de muchas cosas más que ahora sospechamos y que podrían ser confirmadas por un núcleo de abogados distinguidos que actuaron en círculos privadísimos de algunos ministerios.

Ella me aseguró que ya estaba sin calzón y yo hube de jurarle que yo carecía de tal prenda íntima.

Llegamos al “Malena” y mirándonos los unos a los otros, mantuvimos la esperanza de ganar el honroso título de “El corrupto más notable del año”.