Detrás de la sonrisa de un juguete quedan varias dudas sin despejar

“Guarda el juguete, no abras la bolsa, más allá vas a jugar”. Es la sugerencia en tono de amonestación que no llegó a los oídos del pequeño Juan, porque el niño no pudo aguantar las ganas.

Rompió el plástico, sacó el carro brillante y empezó su momento imaginario.

Metros más allá una niña contemplaba una muñeca y con ojos brillantes miró al lado y le dijo a otra niña: “mi muñeca es más bonita”… “no, la mía es más bonita”, le retrucó la interpelada.

Había valido la espera de varias horas. Cada quien tenía un tesoro en las manos, mientras las madres de familia querían apurar el paso, porque sabían que en El Alto había otra distribución de juguetes y chocolate gratis, para las personas del área rural que llegaron para aprovechar las fiestas.

En los alrededores del estadio Hernando Siles había cientos de envoltorios de cartones tirados por el suelo, el tráfico quedó interrumpido y el transeúnte desprevenido se encontró con un gentío que superaba cualquier norma de tráfico. Las calles se convirtieron en un gran paseo.

“¿Dónde están los padres? Todas estas mujeres son Virgen María, han concebido hijos como zampoñas, pero no aparecen los padres ociosos, que no tienen un peso para dar un regalo, porque otros cumplen con esta misión”, protestó una señora.

Esta expresión que se entiende como asistencialismo por algunos, obras de caridad por otros, se ha ido extendiendo a lo largo de los años y es un buen anzuelo utilizado por los políticos.

Estas campañas están concentradas, en políticas sociales de base asistencialista, “con el enfoque de mejorar las condiciones de vida y no las capacidades de las personas”. Y ése es el camino equivocado si se busca la erradicación de la pobreza y una mayor equidad social”, sostienen los estudios de sociología.

“Lo importante es que por la sonrisa de un niño vale este y mil esfuerzos más. No sabe usted cuánto cuesta arrancar unas monedas de algunas personas. Esta tarea la volveré a hacer el próximo año”, dijo una joven que alza en alto el nombre los conocidos ‘Carros de Fuego’.

Pasado el mediodía, los denominados ‘Carros de Fuego‘ de radio Fides iniciaron la entrega de los juguetes a los niños que se dieron cita al estadio Hernando Siles, Teatro el Aire Libre y Coliseo Cerrado.

Los niños que acudieron a estos lugares recibieron sus regalos navideños. El trabajo arduo de los aproximadamente 500 voluntarios que formaron parte de los Carros de Fuego, capturaron las sonrisas, emoción y satisfacción, tanto para los impulsores, así como de quienes llegaron a buscar el tesoro navideño.

En El Alto, el sacerdote Sebastián Obermaier organizó la campaña de Navidad “Por la sonrisa del niño alteño”, que impulsa esta iniciativa por décimo tercer año consecutivo.

“Esta vez pensamos recaudar de 30.000 a 35.000 juguetes. La entrega de juguetes se realizó en la zona de San Roque, en la Subalcaldía del distrito 5, en Senkata y Alto Chijini, de la ciudad de El Alto”, informó.

Muchas instituciones también realizaron campañas para regalar juguetes a los niños del norte Potosí, que junto a sus madres invadien las calles paceñas en busca de dinero o alimentos.