Temas de la vida cotidiana
Ana María Pérez Mollinedo
Los habitantes de la ciudad de La Paz se vieron conmovidos y alarmados en estos días por el posible desplome del edificio Alcázar. Momentos de dolor y pánico experimentaron los paceños, de modo particular los habitantes del edificio, los peatones y también las vendedoras de la feria de Navidad, instalada en la parte posterior del inmueble y sobre la avenida del Ejército.
No es para menos una noticia de tal magnitud, que además de llenar de temor, cuestiona sobre muchas falencias y necesidades que se tiene en la actualidad en nuestra urbe paceña. En semanas pasadas la ciudadanía vio horrorizada e impactada el desplome de otro inmueble ubicado en la zona de Miraflores sobre la avenida Argentina. Falta una norma que regule el tema de las construcciones, para evitar deficiencias, negligencias, abusos y torpezas por parte de algunos constructores, no todos, por supuesto, pues hay gente correcta y buena. Son múltiples los factores que pueden estar influyendo en esta problemática que nos preocupa y afecta.
Uno de los sectores productivos más trascendentes del país es, sin duda, el de la construcción, que genera progreso y fuentes de empleo. Pero a la hora de construir, de aquí en adelante se deberá llevar las cosas de un modo diferente, y un factor que no se está tomando en cuenta, que es apremiante y lacerante para la humanidad y para el país mismo, es el cambio climático y sus temidos efectos.
Son muchos los aspectos que ya deberían ser normados para estar seguros, como el accionar de las constructoras, la calidad de las obras, normas de seguridad para sus trabajadores, estudios geológicos actualizados, recientes sobre nuestros suelos, considerando la cantidad de ríos que están debajo del centro de la ciudad, y tomar en cuenta, por ejemplo, fallas geológicas, como aquella que sube desde la zona de Cota Cota y atraviesa la ciudad.
El factor de la estabilidad de nuestro suelo es vital y no se está pensando a futuro. Está bien que en estos últimos años se hubieran incrementado las construcciones, porque mucha gente prefiere sacar la plata del banco y a modo de ahorro comprar un inmueble que muchas veces permanece vacío y cerrado, sin cumplir una función social, pero ¿podrá el suelo paceño soportar con sus aguas y ríos subterráneos, los efectos del cambio climático, torrenciales lluvias y otros?, ¿podrá soportar la carga de nuevas edificaciones, los sistemas de alcantarillados?, y, peor aún, ¿podrá soportar un pequeño movimiento sísmico en estas condiciones?, el futuro preocupa y asumir medidas oportunas es tarea de todos.
Los paceños desearíamos que se trabaje en prevención y que ya no existan barrios saturados de edificaciones, como la zona de Miraflores. Vecinos de este sector han hecho conocer sus voces de protesta, solicitando que desde la Plaza San Martín hasta la calle Carrasco, se prohíba construir más edificios; los existentes están ubicados unos encima de otros. Sería importante que los edificios e inmuebles antiguos sean inspeccionados y se detecte posibles problemas. Una política de prevención de riesgos debería ser implementada y complementada con difusión en los medios; educación; prevención; normas ya; inspecciones, conciencia ciudadana.
Alerta, hermanos paceños, la ciudad es de todos, es nuestro patrimonio, nuestro hogar, nuestro futuro, juntos cuidémosla; vamos hacia una política de normas que se cumplan. Prevención y acciones es lo que necesitamos para vivir tranquilos y seguros en nuestra ¡Oh linda La Paz!
La autora de esta nota es Presidenta del Centro CIECITEC.
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