La columna

Quédense, pues… Extenuante, extensa, tediosa, cansadora, etc, etc. Así se puede calificar la última sesión de la Asamblea Legislativa de este sábado. Las 126 preguntas de los “sin miedo”, ni siquiera fueron apuntadas por los periodistas que prefirieron monitorear el tema al notar la poca voluntad de brindar respuestas al país. Los legisladores también tuvieron su parte negativa, pues la gran mayoría decidió mandar al diablo aquella sesión y se fueron a sus casas o sus regiones. Los dos “sin miedo” les decían “quédense pues compañeros, sólo faltan 78 preguntas”…

La buena vida del Vice. Esta vez no puso el pecho a las balas y anoticiado del viaje del primer mandatario a Cuba, Alvaro García decidió dejar la sesión del Legislativo para asumir su función como mandatario interino. La senadora Gabriela Montaño quedó al mando del primer Órgano del Estado y tuvo que ver el amanecer sentada en el incómodo banco de la testera. Algún oficialista dijo, “ahora que está casado, ya no se quiere quedar”, en referencia al vice, aunque habrá que recordarle la CPE y los reglamentos del Legislativo.

“Estaba arriba”. Durante el solsticio de verano, Morales se animó a comentar que había llamado a su fiel segundo al mando a las 3 de la mañana para informarle sobre el desarrollo de este evento llamado Pachacuti, pero que aquel no le atendió “porque seguramente estaba arriba… arriba de la cama”. Su alusión jocosa no es la primera ya que anteriormente le dijo a García Linera que si en nueve meses “no hay resultados (…) que le devuelva su regalo” de matrimonio, que fue una cuna.

De experiodistas. Pasó la jornada y los ministros de acero Romero y Quintana, tras una siesta de 30 minutos y un buen café se fueron derechito al canal estatal para seguir atacando a Juan del Granado y lamentando el extravío de sus exaliados “sin miedo”. Los militantes conductores del espacio gubernamental se empeñaban a seguir metiendo leña al fuego recordando el pasado “gonista” de Del Granado, pero sin dar ningún espacio a la contraparte. Seguramente este “espacio de participación democrática”, como dice su slogan, no conoce de códigos de ética periodística, pues cuando existen alusiones personales directas lo mínimo que se debe hacer es citar alguna opinión de esa contraparte.

Faltamiento a la autoridad. Son varias las quejas de los ciudadanos que a través de cartas o en forma personal reclaman por el trato descortés de miembros de la Policía, que, ante cualquier observación acuden al expediente: “está faltando a la autoridad”. Un reclamo sereno y justo no merece este tipo de respuesta, porque tanto él que reclama como el agente policial concurren a un mismo fin: el cumplimiento de la ley y el mejor vivir de las personas. Hay otros casos en que la conducta policial no es la misma, por ejemplo cuando los transportistas sindicalizados los insultan o falta a la autoridad; en estos casos se impone el silencio del agente del orden.

¡Feliz Navidad! Más allá de vivir en un Estado plurinacional laico, las costumbres y tradiciones de la fe cristiana se mantienen y cada vez son más fuertes, pese a las imposiciones ideológicas, políticas y el desaliento generacional que apunta a dejar la fe. La Navidad es un espacio para hacer una pausa en el ajetreado mundo político, reflexionar y brindar amor al prójimo. Por ello, “La Columna” también hace un alto, no sin antes desearle al lector Paz y Unión en esta fecha tan especial.