Compras de “último momento” generaron cierre de calles y estrés

Las “compras de último momento”, habituales en la víspera de Navidad, ayer hicieron que se cierren muchas calles al tráfico vehicular para permitir la circulación de transeúntes.

En las calles Illampu, Tumusla, Garita de Lima, entre otros, no se permitía el paso de motorizados y sin embargo, a medida que pasaban las horas el estrés aumentaba entre las personas que buscaban regalos e insumos para su cena de Noche Buena.

El DIARIO realizó un recorrido desde la calle Rodríguez, donde el comercio incrementó por la fecha. Las amas de casa de manera muy apurada adquirían alimentos necesarios para preparar la picana.

A presar del precio del pollo de Bs 15,50 (el kilo), las familias hacían esfuerzos para conseguir lo suficiente y disfrutar de una cena especial.

Otro panorama se notaba en la calle Eloy Salmón donde los electrodomésticos, celulares y equipos de sonido eran comprados en gran cantidad. Había tiendas a las que les faltaba empleados para cubrir la demanda, especialmente después de las tres de la tarde.

Las calles adyacentes estaban ocupadas por juguetes de plástico, a motor o pedal, incluso en plena vía pública.

Estos centros de comercio eran visitados por mucha genta, ya que el precio de los artículos, especialmente juguetes, es mucho menor que los que se ofrece en las tiendas del Centro.

Para Pascual Llanos padre de tres menores “el 24 de diciembre se convierte en la jornada de mayor estrés, porque no sólo debe designar gran parte de su aguinaldo a la comida, si no también a los regalos”.

“Estoy con mis hijos buscando qué comprar, pero lo más importante será esta noche, cuando la angustia y enoción por ver los obsequios, incluso les quita las ganas de comer”, señaló, a tiempo de reconocer que el materialismo opacó el verdadero sentido de la Navidad que es el amor y la unión familiar.

Otro de los aspectos preocupantes fue la ausencia del control policial, dejando la seguridad ciudadana a la iniciativa personal.