Carlos F. Puma Aguilar*
Acérrimo luchador antifranquista, Ángel María de Lera narra en su libro Oscuro Amanecer las peripecias y la dura realidad de su personaje principal: Federico Olivares, profesor de primaria de 35 años quien ha sido recluido por rebelión militar. Olivares, sufre un encarcelamiento de siete años por oponerse al régimen del dictador Francisco Franco. Al salir de este encierro, encuentra una sociedad económicamente paupérrima que sólo tiene desesperanza en el futuro próximo. Pese a esta penosa situación en Olivares persiste un espíritu revolucionario por una España mejor. La novela se desarrolla en la década del cuarenta y María de Lera apela al recurso de la analepsis para que Olivares recuerde los días de presidio.
Para Federico Olivares la única persona en el mundo es su hermana Alfonsina, quien está casada con Fernando, asistente de contabilidad que vive en la desesperanza y siempre quejándose por su apretada situación económica pues tiene que trabajar dieciséis horas continuas para apenas llegar a fin de mes en la manutención de su familia, compuesta además por su pequeña hija Carlota.
El argumento de la novela gira en torno a la situación difícil que se vivía en la España franquista, con miles de desempleados, cientos de antifranquistas presos y una economía desastrosa, la misma que es narrada magistralmente por María de Lera a través de Federico Olivares.
En la trama interviene una serie de amigos con los que se encuentra el protagonista, a través de los mismos, el autor aprovecha para protestar en contra del régimen que imperó durante casi cuatro décadas en el país ibérico. A su turno, Molina, Eduardo Valladares y Jaime Ríos son los personajes mediante los cuales se asume una posición muy crítica al régimen y se entiende la necesidad de cambiar esta situación. Luego de la reunión entre acólitos en contra del régimen franquista, en donde se decide lanzar un periódico que contenga las ideas de cada uno de ellos en un intento de influir en la sociedad de ese tiempo, la libertad de Federico Olivares se ve nuevamente comprometida porque casi todos, excepto dos, son encarcelados nuevamente de manera preventiva por intento de subversión y conducta sospechosa.
Después de varios días de reclusión, y al no encontrar elementos suficientes para la imputación, y por la “generosa justicia de Franco”, Federico Olivares sale de prisión preventiva. Entonces opera en él una reconvención interna profunda en donde comienza a valorar todo lo que le depara la vida. Encuentra un empleo de escribiente en contabilidad, se reencuentra con Celia en sus aventuras sexuales y vuelve a ser el señor Federico de antes, pero siempre añorando sus convicciones y que la situación mejore.
Se da cuenta de que, después de todo, le queda una vida por vivir junto a sus seres queridos y un trabajo digno. Por lo que exclama: “¡Qué inmenso, qué profundo, qué estremecedor y qué hermoso gozo sentí yo entonces! Porque yo vivía, ¡vivía!
* Administrador de Empresas y Comunicador Social
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