Era el año 1945 aproximadamente, cuando las bocinas de fábricas comenzaron a sonar en alerta; bomberos salieron a las calles y todos se dirigían hacia la Estación Central de La Paz porque la radio Nueva América había dado un “flash de último momento” indicando que el lugar ardía y que era necesario ayudar con lo que se pueda.
La solidaridad de los paceños no se hizo esperar y llegaban hasta el lugar a pie o en vehículos, unos para ayudar, pero la mayoría por morbo o para curiosear. Cuando lograban su objetivo, era grande la sorpresa porque en vez de fuego encontraban un enorme cartel que rezaba: “Que la inocencia les valga”, pues era 28 de diciembre, día de los “Santos Inocentes”.
Y como ésa, en La Paz hubo memorables inocentadas, desde las más graciosas hasta las más crueles. Fue otra ocasión cuando aseguraban que una sirena había sido vista por científicos en profundidades del Lago Titicaca. Los comunarios del sector no tardaron en ingresar hasta lo más congelado de las aguas y por mala suerte, una deportista buceadora de Francia reconocía las entrañas del Lago Sagrado, al verla tan brillante, rubia, ojos verdes y con un traje platinado, como la piel de un pez; casi todo el pueblo se le fue encima y casi la lincharon porque la creencia popular aseguraba que estaba “maldita” y era “k’encha” (de mala suerte). El hacerles entender que se trataba de una broma de inocentes fue lo más difícil.
Y ayer, ya una agencia de noticias se adelantó a la fecha de las bromas afirmando que “Bolívar accedería directamente a competir en la próxima versión de la Copa Libertadores porque el temido Sao Paulo estaba sancionado y ya no participaría en el campeonato internacional”, obviamente fue una broma también, aunque muchos bolivaristas comenzaron a soñar y se emocionaron.
Pero si bien en Bolivia sólo bromeamos, en otros países la conmemoración de la fecha va mucho más lejos, por ejemplo en algunas zonas de América es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario es libre de apropiarse de los bienes. Este tipo de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerde la fecha y se le pueda hacer mofa con la muy popular frase: “Inocente palomita que te dejaste engañar” o su versión ampliada: “Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar”.
La Iglesia Católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los Evangelios, la matanza de bebés debió haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes el Grande (uno o dos días después del 6 de enero).
Empero, Flavio Josefo (37–101), en su libro “Historia de Judea” nunca relata una matanza de niños. Ningún historiador contemporáneo lo reconoce. Se sabe que el mensaje del evangelista Mateo en la Biblia se dirigió a judíos conversos de la época y como Mateo no conocía mucho del nacimiento de Jesús de Nazareth, y los judíos veneraban a Moisés como el más grande profeta del Pueblo, quien en su momento debió ser salvado de una matanza de niños, quizás extrapoló esta leyenda mosaica a la historia de Jesús.
En Hispanoamérica y en España es costumbre realizar en esta fecha bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real.
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