Voluntarios prestan ayuda solidaria a las personas que viven en las calles

Con la finalidad de responder a las más sentidas necesidades de las familias que viven en las calles, la congregación Monte de Oración a través de su proyecto El Buen Samaritano y un grupo de colaboradores prestaron servicios solidarios a este sector vulnerable de las ciudades de La Paz y El Alto.

Carlos llegó a las 20:00 del jueves hasta las puertas de la iglesia cristiana Monte de Oración y, junto a su grupo de amigos, se puso en la fila que por cierto ya era larga, porque al igual que él muchos necesitados llegaron hasta el lugar, ubicado en la avenida Montes, con la esperanza de recibir una ayuda.

Cuando asomaban los primeros rayos del sol del amanecer del viernes, cientos de personas en situación de calle esperaban ingresar al lugar, mientras que otros seguían llegando por ayuda.

Las puertas se abrieron a las ocho de la mañana de ayer y Carlos aún se encontraba muy lejos de la puerta de ingreso, por momentos la desesperación y la impaciencia se sintió en el ambiente.

Con cabellos despeinados y con los rostros desaseados, pero con una sonrisa en los labios llegaban los niños junto a sus padres de igual aspecto. “Yo vivo con mis amigos, ellos son mis compañeros y mi familia, porque mi mamá me abandonó cuando yo era niño, porque también ella vivía en la calle”, relata Carlos cuando ya estuvo a punto de entrar.

Cuando se le consultó a un adolecente de 15 años sobre cómo se sustenta a diario para sobrevivir en la calle dijo: “No es fácil, la gente te mira con malos ojos, me desprecia, cuando camino por algún lugar y me riñe, pero yo trabajo, lustro zapatos, pero igual no me quieren”.

“Yo sé que puede ser porque mis amigos toman y se drogan, aunque yo también lo hice algunas veces, pero no soy tan grave como ellos”, continúa relatando el muchacho que, según él, duerme bajo los puentes junto a los demás y que cuando pelea con ellos se va a los cajeros automáticos.

Los colaboradores de la campaña de El Buen Samaritano dejan ingresar a otros grupo de necesitados, entre ellos está Carlos, a quien le registran para que entre por los pasillos con dirección a las duchas para que se dé un buen baño. Quienes ingresan dicen que este baño lo hacen sólo una vez al año.

Tras el baño, le donaron ropa limpia para que se cambie, además recibió otro montón de prendas en una bolsa mediana. Posteriormente, Carlos es llevado a la sala de peluquería donde le realizarán un buen corte clásico.

Luego es llevado a la sala de atención médica, donde le revisan de manera general para conocer el estado de salud que presenta. Por último, le trasladan a uno de los salones donde le proporcionan su almuerzo.

Así como Carlos, cientos de indigentes fueron beneficiados con este servicio. De acuerdo con la responsable de la campaña, Elizabeth Pérez, se atendió cerca de tres mil personas que viven en la calle, entre niños, adolescentes, mujeres y hombres.

“Tenemos un equipo de reclutamiento que van a traer a todos los indigentes de diferentes zonas y en algunos casos muy alejadas. Esta campaña se realiza gracias al apoyo de personas solidarias desde hace 10 años atrás”, señaló.