En antaño las celebraciones de fin de año eran más espirituales

Valentín Cruz, de 56 años de edad, que se dedica a leer la suerte en cartas y la coca; además de conocer la medicina tradicional, observó la intromisión de las costumbres foráneas en las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Este personaje que se encuentra en la avenida Panorámica de la Ceja de El Alto, donde atiende y brinda sus servicios tradicionales, recibió con mucha amabilidad a EL DIARIO, para responder a una serie de cuestionamientos relacionados a las tradiciones y costumbre que tiene la población boliviana para celebrar las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

El entrevistado recordó que antaño eran muy diferentes. “Las costumbres han cambiado mucho debido a que se han adoptado y copiado varias prácticas de otros países que han ocasionado que muchas de las costumbres ancestrales vayan desapareciendo y sólo algunas se conservan, principalmente en ciudades pequeñas y en el área rural, casi como en tiempos de la Colonia”, dijo.

Señaló que la Navidad y el Año Nuevo en la época sus padres y abuelos era más espiritual, no se necesitaba mucho dinero para pasarla bien y en familia, “eran días de recogimiento y de perdón por todas las cosas que hubiésemos hecho durante el año”.

Recordó que el armado del pesebre con el niño Jesús tenía un gran significado de recogimiento espiritual y de unión familiar. “Los villancicos eran otra tradición de los pueblos, donde los niños bailaban y cantaban resaltando las fiestas”.

Esta es una de las pocas costumbres que todavía se mantiene en gran parte del territorio boliviano. “El niño Jesús en la época de nuestros padres debía ser un regalo de alguien que nos aprecia y la persona que recibía el presente se comprometía a realizar el nacimiento por primera vez, dándole padres y tres Reyes Magos para que traigan bendiciones al hogar”.

Según la tradición en un hogar o una familia no se debía poner más de un niño Jesús en el mismo pesebre, porque se creía que podía provocar un sentimiento de “celos”.

Lamentó que en la actualidad estas dos fechas que tenían mucho significado, principalmente en el mundo espiritual, haya cambiado producto de la tecnología y algunas costumbres foráneas a nuestra realidad que finalmente se impusieron, como en el caso de los juguetes y ropa novedosa que ingresan al país en grandes cantidades.

“Es una pena que nuestra Navidad y nuestro Año Nuevo haya sufrido grandes cambios, lo que dejó de lado nuestras costumbres y tradiciones que anteriormente se realizaban con fe y esperanza”, lamentó finalmente..